Netanyahu, favorito hoy en los sondeos, disputará a Sharon el liderazgo del Likud

Benjamín Netanyahu, Bibi, de 50 años, se ha convertido en la gran esperanza de la derecha israelí. Todos los enemigos del laborismo y del proceso de paz, incluidos los partidos radicales religiosos, reclaman el retorno de este ex primer ministro para convertirlo en candidato oficial del Likud en las próximas elecciones, poniendo fin así a un exilio voluntario que inició en mayo de 1999, al perder las elecciones. La confianza de los electores en Bibi es total; los últimos sondeos le dan 21 puntos por encima de Ehud Barak. Pero para que Netanyahu se convierta en el candidato del Likud deberá derrotar antes en su propia casa al aspirante oficial, el ex general Ariel Sharon, quien ya ha anunciado oficialmente su intención de ponerse al frente de la lista electoral, de acuerdo con su cargo, ya que es el presidente del Likud hasta el próximo mayo. Para Sharon no se trata sólo de una aspiración política, sino también de un tema íntimo, ya que su edad y los achaques le impiden pensar en una nueva oportunidad para convertirse en primer ministro.

La candidatura de Netanyahu o Sharon será decidida en el seno del Likud, en un debate preelectoral que se ha puesto en marcha y que se celebrará en enero. El primer acto público de este debate interno tendrá como escenario el aeropuerto de Ben Gurion, en Tel Aviv, donde la semana que viene llega el ansiado líder, tras un viaje de una semana en EE UU, y donde será recibido como un héroe.

Pero el Likud no es el único partido político con problemas internos; también los tienen los laboristas. Un grupo de miembros destacados de esta organización ha empezado a pedir la renuncia de Ehud Barak como candidato oficial, al tiempo que el presidente del Parlamento, Abraham Burg, anunciaba sus intenciones de presentarse a las primarias.