Aznar emplazará hoy al PNV a que regrese al consenso democrático y abandone Lizarra

José María Aznar reclamará hoy al PNV, en el debate de investidura, que regrese al consenso democrático y rompa con el Pacto de Lizarra, ya que en su opinión esta alianza (PNV, EH, EA) es la causante de la división social que se vive en Euskadi. Aznar insistirá en que la unidad de las fuerzas democráticas es clave para acabar con el terrorismo de ETA. La pacificación vasca y el pleno empleo serán los objetivos principales que el líder del PP fijará en estos dos días de debate en el Congreso. Aznar ofrecerá pactos en materias de Estado como justicia, pensiones, educación, financiación autonómica y relaciones exteriores.

La pacificación del País Vasco será un tema estelar en la intervención de Aznar de hoy, en la que el presidente en funciones establecerá los compromisos de gobierno para la nueva legislatura. Aznar, que estos días, en sus vacaciones en Quintos de la Mora (Toledo), ha consultado su discurso con los pesos pesados de su gabinete -Ro-drigo Rato, Mariano Rajoy y Jaime Mayor-, cree que en los próximos cuatro años pueden establecerse las bases para alcanzar la paz en Euskadi, pero sobre presupuestos distintos a los que apunta la deriva soberanista del PNV, formación que el domingo pasado, en la celebración del Aberri Eguna, volvía a plantearse como meta la "independencia" de Euskadi. El discurso de Aznar pretende plantear una alternativa al nacionalismo.Pese al escepticismo que mantiene respecto a la posibilidad de que el PNV acepte replantearse sus tesis, Aznar insistirá en hacer un llamamiento a la formación que lidera Xabier Arzalluz para que regrese al consenso democrático y al Estatuto de Gernika, porque, en su criterio, la unidad de los partidos democráticos frente a ETA sigue siendo fundamental para terminar con el terrorismo.

Aznar esperará a la intervención del portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, por la tarde, para exponer ampliamente sus posiciones. La preocupación en La Moncloa por la actitud que mantiene el PNV es creciente. Los discursos de Arzalluz y el lehendakari Juan José Ibarretxe en el Aberri Eguna, con una invocación despectiva hacia la inmigración y la pérdida absoluta de neutralidad del presidente del Gobierno vasco, se ven como un escalón más en la quiebra social.

Aznar tiene garantizada la investidura con el apoyo de 202 de los 350 votos, los del PP (183) y sus socios de la anterior legislatura, CiU (15) y Coalición Canaria (4). Con la vista puesta en este apoyo, e incluso en la oposición socialista, expondrá su programa político, pero lo abrirá a pactos de Estado en cuestiones clave: justicia, mejora en el funcionamiento de las instituciones, renovación del sistema de pensiones, educación, relaciones exteriores, plan hidrológico y financiación autonómica.

Este último aspecto, la renovación del sistema de financiación, le servirá de enganche para dirigirse a CiU, coalición acuciada por la deuda de la Generalitat catalana. Aznar basará su propuesta a Jordi Pujol en el plan Zaplana: cesión a las autonomías de los impuestos especiales y de un porcentaje del IRPF superior al 30% actual. E intentará atraer a este consenso a las comunidades socialistas -An-dalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha-, que en la anterior legislatura rechazaron el modelo pactado entre el PP y CiU.

La duda es si hará valer su mayoría absoluta, tal como se ha venido anticipando desde el PP, en viejas cuestiones pendientes, como la Ley de Extranjería o la reforma de enseñanza de Humanidades.

El logro del pleno empleo será la otra pata de su mensaje. El presidente buscará apoyos para una reforma laboral que facilite la movilidad geográfica y los contratos de relevo y de tiempo parcial.