España propone cambiar el modelo de ayuda exterior a Mozambique

La cooperación española (estatal y ONG) gasta cada año unos 2.500 millones de pesetas en Mozambique. El apoyo está concentrado en el sector sanitario (el 34%), la educación y la agricultura, pero la directora de la Agencia de Cooperación en Maputo, Teresa Corella, cree que ha llegado el momento de variar ese rumbo: "Las inundaciones han sido una gran tragedia, pero también una oportunidad para cambiar el modelo de ayuda. Es necesario invertir menos en cooperación y más en desarrollo".

El primer acuerdo de cooperación bilateral fue firmado en plena guerra civil en Mozambique (1980), pero sólo se hizo efectivo en 1990, dos años antes de sellarse la paz en el país. Los primeros proyectos realizados fueron la creación del Hotel Escuela Andalucía (centro de formación hostelera), la rehabilitación de la vía f'érrea en el corredor de Beira, la recogida de basuras en Maputo y la construcción del edificio de la cooperación española. A partir de ese momento se han ido firmando acuerdos bilaterales cada tres años (el último, en noviembre de 1998), concentrándose la ayuda en los sectores citados anteriormente. Entre 1995 y 1998 se han financiado 82 proyectos, por un valor de 6.668 millones de pesetas, entre ellos la formación de la Policía de Mozambique, la emisión del DNI, similar al español, y el apoyo a los desmovilizados.

Sin embargo, Teresa Corella cree que ha llegado el momento de mudar el rumbo de esa ayuda: "Es necesario invertir más en el desarrollo, en el sector productivo, el comercio y la pequeña industria para crear empleo y conseguir el llamado desarrollo sustentable; conseguir que el país no dependa permanentemente de la ayuda exterior y comience a buscar la autosuficiencia". Como ejemplo basta señalar que el presupuesto anual de Mozambique es de 880 millones de dólares (143.000 millones de pesetas) y el 60% procede de la ayuda exterior. "De esta forma", dice Corella, "es imposible mantener lo que se hace, ni invertir en infraestructuras. Es un círculo vicioso que es necesario cambiar o, de lo contrario, estaremos perdiendo las inversiones realizadas por falta de mantenimiento. Es necesaria una acción coordinada de toda la ayuda internacional.Hay que crear un nuevo modelo de desarrollo y simplificar los mecanismos de gestión para obtener una mayor eficacia. Por eso creo que las inundaciones han sido una catástrofe, pero también una oportunidad para dar ese giro".