El fuerte temporal de viento y lluvia reduce al mínimo el espesor de la capa de nieve

El fuerte temporal de viento y lluvia que ha azotado el norte de la Península durante la semana ha complicado el normal desarrollo de la temporada. Los grandes espesores de nieve han desaparecido en apenas unos días, especialmente en las zonas altas. Mientras, el aumento de precios en agencia ha evitado el segundo lleno de la campaña. Las reservas no superan el 80% de la capacidad hotelera de unas estaciones que abrirán el año 2000 con los festejos tradicionales.

La situación dista mucho del optimismo con que se afrontaba en principio el final de este año. El fortísimo temporal de viento y agua que ha barrido la mitad norte de España ha desnudado a las estaciones de los grandes espesores de nieve que presentaban en sus pistas. Más aún, sin llegar a lamentar desgracias personales, pues los centros invernales se han visto obligados a cerrar sus puertas, sí que hay instalaciones seriamente afectadas por el viento. Es el caso de la estación leonesa de San Isidro, donde rachas superiores a los 170 kilómetros por hora han destrozado la caseta de llegada del telesilla cuatriplaza recientemente instalado.La desaparición de la nieve sobre todo en las cotas altas ha dejado los espesores en los mínimos exigibles para la práctica del esquí. Exceptuando Baqueira Beret, casi todos los centros invernales de la Península vuelven así a esperar ansiosamente la llegada de la nieve.

Mientras, el efecto 2000, en lo que a subida de precios se refiere, ha impedido el segundo pleno de la campaña. Con todo, aquellos que pasen el fin de año en las estaciones podrán disfrutar no sólo de las tradicionales bajadas de antorchas o fiestas en hoteles. La propuesta más interesante llega desde Sierra Nevada, donde se oferta una cena en tienda lapona con viaje previo en trineo tirado por caballos en plena noche.

En Alpes, los fuertes vientos han ocasionados graves accidenres. Dos esquiadores fallecieron en Crans-Montana al caer el remonte. Además, las fuertes nevadas plantean peligro de aludes. En cuanto al cierre del año, la iluminación del mítico monte Cervino sobre Zermatt ofrecerá la mejor imagen para 2000.