La policía cree que el juicio contra el nazi Varela ha dado alas a los racistas

El rebrote de racismo que han supuesto los graves incidentes de Ca n"Anglada, en Terrassa, preocupa a la policía, que cree que el juicio y la condena a cinco años de cárcel contra el neonazi Pedro Varela por apología del genocidio y odio racial han generado una reacción que ha derivado en un aumento de la actividad delictiva y claramente racista de grupos de skinheads (cabezas rapadas). La teoría policial precisa que en Varela los skins han encontrado un "mártir, un motivo y un elemento de cohesión".

Varela, que tiene el dudoso honor de ser el primer convicto español condenado por apología del genocidio y odio racial, fue presidente de la extinta organización nazi Cedade y es propietario de la librería Europa de Barcelona, desde donde se vendían y distribuían a toda España y al resto del mundo libros, publicaciones y vídeos en los que se defendía a Hitler y se incitaba a la destrucción de determinados grupos étnicos. Expertos policiales sostienen que este rebrote de xenofobia que sufre Cataluña es un salto cualitativo que no es preocupante todavía, "pero sí importante". De la importancia que en la Delegación del Gobierno se da a estas actuaciones racistas habla el hecho de que sea Ángel Miñambres, un experto agente, comisario de la Brigada de Información, la encargada de las labores antiterroristas, quien dirija la actuación policial -la visible y la invisible- en Ca n"Anglada. Esa actuación ha dado como fruto el arresto de 11 skins; unos por causar destrozos en propiedades de la comunidad magrebí, otros por el apuñalamiento de un joven árabe y los terceros por apología de la xenofobia. Violencia previa La tesis policial sostiene que desde la condena judicial contra Varela, en noviembre de 1998, se han producido acciones violentas contra organizaciones independentistas, como el intento de quemar un bar en Gràcia, el asalto que el pasado día 8 sufrió la sede del Sindicato de Estudiantes Progresistas y el lanzamiento de un cóctel mólotov en una taberna vasca de Mollet. La policía tiene claro quiénes son los sospechosos, pero le falta todavía reunir las pruebas para presentarlos ante el juez. Otra constatación del renacer de los grupos intolerantes, según la policía, la constituyen las frecuentes visitas que últimamente realiza a Cataluña el ultraderechista Ricardo Sáenz Ynestrillas. En 1991, la sociedad catalana presenció consternada dos violentísimos hechos que acabaron con el resultado de dos muertes: la del travestido Juan José Rescalvo, apaleado hasta la muerte en el parque de la Ciutadella por un grupo de skins, y la de Frederic Rouquier, un seguidor del Espanyol apuñalado por dos skins seguidores del Barcelona. Aquel mismo año, el 12 de octubre, bandas de jóvenes ultraderechistas sembraron el terror apaleando a otros jóvenes en las inmediaciones de la plaza de los Països Catalans tras un acto ultraderechista celebrado con motivo del Día de la Hispanidad. Desde aquellas fechas, la policía dice haber acumulado suficiente información y saber quién es quién en el mundo de la intolerancia racista. Esta labor previa les permite asegurar que tienen controlados a los skins, los conocen, saben quiénes son. "Queremos que noten nuestro aliento en cogote y que sepan que cuando den un paso en falso les pillaremos", expresa gráficamente un técnico policial.