La congestión aérea obliga a Iberia a reducir sus operaciones

Iberia, la principal línea aérea española (medio billón de pesetas de facturación, 37.000 millones en beneficios, 25.900 trabajadores y 26,7 millones de pasajeros el año pasado), anunció ayer que, ante el incremento "preocupante" del tráfico aéreo en toda Europa, está ultimando "un plan de contingencias que supondrá una reducción" de sus vuelos, con lo que el "crecimiento de la compañía será menor del previsto". Según sus portavoces, se reducirá aproximadamente en un 5% su número de horas de vuelo, que alcanzaron el año pasado las 20.000. Actualmente, Iberia cuenta con 204 aviones para cubrir 95 destinos en todo el mundo. De todas formas, un portavoz de la compañía rechazó que la reducción de las operaciones afecte a destinos que cuentan actualmente con pocas conexiones aéreas. "Se disminuirán las operaciones sólo en los aeropuertos más congestionados", indicó.

El plan de contingencias también obligará a Iberia a disminuir sus expectativas de expansión hacia nuevos destinos. Y todo ello, porque la congestión aérea está provocando "una pérdida de imagen" de la compañía entre sus clientes.

Iberia destaca que, "en estas condiciones, mantener la programación y el crecimiento previsto, cuando los actuales sistemas de control del tráfico aéreo no lo pueden soportar, supondría hacer recaer" sobre sus clientes constantes retrasos y cancelaciones, "como las que se vienen produciendo en los últimos días".

Medida a imitar

Los responsables de Iberia esperan que "esta demostración de responsabilidad [la reducción del número de vuelos] sea imitada por el resto de las compañías que operan en nuestro país y aprovechada por las autoridades para descongestionar el espacio aéreo en beneficio" de los clientes. La compañía reconoce que "no es previsible que en las próximas fechas se pueda solucionar este problema", advirtieron además.

Los directivos de Iberia descargan su artillería sobre el sindicato de pilotos, al que acusan de, "en vez de colaborar en la solución de los problemas, tratar de obtener ganancias, multiplicando los problemas para así presionar en la negociación del convenio".

Iberia denunció esta misma semana al sindicato de pilotos por haber convocado una huelga en Semana Santa. Le reclama unos 4.500 millones de pesetas.