VIÑA CASERA

Producir vino es una labor arriesgada, como bien ha descubierto Ted Jeffries, viticultor de la costa de Cornualles, al sur de Inglaterra. A finales de los años ochenta compró allí dos hectáreas de terreno para obtener caldos locales. Aunque no pudo cosechar hasta 1995, hoteles y restaurantes de la zona ofrecían un tinto y un blanco salidos de sus viñas. Empeñado en embotellar vino allí, Jeffries adquirió concentrados de jugo de uva para la elaboración casera y añadió el agua y azúcar correspondientes. Una vez fermentado, obtuvo entre 4.000 y 5.000 litros de un vino peleón al que atribuía cinco años de antigüedad. Un inspector ha descubierto el fraude, y la multa asciende a millón y medio de pesetas, una minucia para Jeffries, quien afirma que nadie había notado la diferencia. Ni siquiera los gourmets.