Mayor encarcela a Antxon en Madrid y cierra a ETA la vía dominicana aI diálogo

El dirigente de ETA Eugenio Etxbeste, Antxon, se encuentra desde las 22.40 de anoche en manos de la policía española después de que el Gobierno de la República Dominicana acordara su expulsión. Antxon viajó hasta Madrid a bordo de un avión militar acompañado de los también etarras Eugenio Aracama, Makario, y José María Gantxegi, Peio. Los tres formaban parte del llamado aparato de interlocución que la banda terrorista mantenía en Santo Domingo para iniciar una eventual negociación con el Gobierno. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, que ayer interrumpió sus vacaciones para dar cuenta de la entrega de los terroristas, considera cerrada esa posible vía de negociación, que calificó de "farsa que sólo servía como altavoz internacional de ETA".

Antxon permanecía deportado en la República Dominicana desde el fracaso de las conversaciones de Argel en 1989, en las que fue el principal interlocutor por parte de ETA. Su peso político dentro de la organización se había ido diluyendo, hasta el punto de que el consejero del Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa, había cometado recientemente que su fax tenía "telarañas". Tras la entrega de los tres etarras, que anoche quedaron recluidos en dependencias policiales del barrio madrileño de Moratalaz en espera de que el juez les tome declaración, quedan en Santo Domingo Belén González Peñalva y Ángel María Iturbe. Mayor Oreja dijo que la petición de entrega se había referido a todo el colectivo, y no aclaró el porqué de la permanencia de González Peñalva e Iturbe.Los contactos con las dominicanas para lograr estas expulsiones se iniciaron el año pasado con ocasión de un viaje del presidente dominicano, Leonel Fernández, a España en el que se entrevistó con Aznar y un posterior viaje del secretario de Estado para la Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, a Santo Domingo. Fue a raíz del asesinato de Miguel Ángel Blanco cuando las gestiones se aceleraron. Una semana después, Martí Fluxá se trasladó de nuevo a Santo Domingo y entregó a Fernández amplia documentación sobre las acciones de ETA.

Los partidos nacionalistas vascos censuraron la entrega de los tres etarras por considerar que cierra la vía del diálogo, mientras que el PSOE pidió que las críticas se hagan en las mesas antiterroristas.