Nicolás Beriosov, bailarín y coreógrafo

Si alguien merece figurar entre los principales modeladores de la escuela de ballet británica, ese es el lituano Nicolás Beriosov, fallecido días pasados en Zúrich a los 90 años de edad [véase EL PAÍS del 19 de febrero].Había nacido en Kaunas en 1906 y sus estudios de ballet los realizó en Praga con antiguos maestros rusos y polacos, para volver a su tierra natal y debutar en 1930. Ya en 1935 se le fIcha junto a Rene Blum en Los Ballets de Montecarlo, donde establece su primer contacto importante con Mijaíl Fokin. Beriosov contribuyó de manera decisiva al mantenimiento del repertorio fokiniano y su esta bilización en los teatros británicos y americanos. A lo largo de su carrera trabajó como maestro, coreógrafo y repositor en las principales compañías del inundo, desde el American Ballet a La Scala de Milán, pasando por las óperas de Helsinski y Zúrich. Fundó el Ballet de Stuttgart y le allanó el terreno a John Cranko, que le sucedería en el puesto directivo de esa importante compañía alemana, Finalmente radicado en Londres, trabajó intensa mente el repertorio académico para el London Festival Ballet y el Sadler's Wells Royal Ballet.

En 1954 estrenó su revisión de La Esmeralda, marcando el inicio real de la escuela neoarqueológica empeñada en resucitar los ballets perdidos del siglo XIX, aunque sus más importantes creaciones fueron El pájaro de fuego (Stravinski), del que hizo varias versiones entre 1945 y 1960, Ondina (1965), ideado para Margot Fonteyn sobre la música de Henze, y una Cenicienta (Prokófiev) en 1967, ambas en Londres.Su hija Svetlana Beriosova (Kaunas, 1932) fue una brillante bailarina hasta que se retiró en 1975.-