Un modelo para cada lugar

Agustín Aragón Mesa, directivo del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), del Ministerio de Industria y Energía, tiene claro, que no hay un modelo ideal de desalinizadora. Sin embargo, tras haber desarrollado desde 1988 más de 25 proyectos de plantas para aeropuertos o cárceles y estudiar las ciudades del, litoral, Aragón asegura que el sistema más eficiente, desde el punto de vista energético, es el de la planta autónoma de máxima eficiencia energética (PAME).En su opinión, reúne las ventajas de la ósmosis inversa (separación del agua dulce de la salada por una membrana) por su escaso consumo energético, y la eficiencia del procedimiento de destilación. Unidos ambos para aprovechar el calor que desprenden los motores, el resultado es un ahorro del 26% en energía y agua potable en torno a 100 pesetas el metro cúbico. Aragón sostiene que su propuesta es la más adecuada para Ceuta pero esta opinión no la hace extensible, porque una PAME requiere inversiones elevadas, aunque amortizables a los cinco años.

El modelo de desaladora de cada ciudad dependerá de sus disponibilidades energéticas o las centrales térmicas reutilizables.