Paesa se escurre otra vez de la justicia

Francisco Paesa, ex agente de Interior y artífice de la entrega de Roldán, se escurrirá una vez más entre los dedos de la Justicia. Tras salir incólume del caso GAL, en el que fue acusado por el juez Garzón de presionar a una testigo, Paesa escapará sin cargos en el proceso al ex director general de la Guardia Civil, en el que está imputado.Ésta es la impresión dominante en medios de la investigación,, donde se reconoce que los indicios contra Paesa se limitan a las visitas que Roldán hizo a su oficina en Madrid días antes de fugarse. No ha podido comprobarse la existencia de negocios entre ambos. Lo mismo sucede con los dos sobrinos del ex diplomático, Alfonso y Beatriz García Paesa.

Dado el avanzado estado de las diligencias, es muy probable que antes del verano se dicten los correspondientes autos de procesamiento y que estos afecten, entre otros, a Roldán, su actual esposa, Blanca Rodríguez Porto, su administrador, Jorge Esparza y el general de la Guardia Civil Manuel Llaneras. El juicio no tendría lugar, sin embargo, antes de 1996.

Los indicios de cobro de comisiones que figuran en el sumario sólo llegan hasta 1991. "A partir de entonces, o se volvió súbitamente honrado o trasladó su sistema de cobro fuera de España", comentan fuentes de la investigación, que se inclinan por la segunda hipótesis. La falta de colaboración del juez suizo Pierre Perraudin, que no ha contestado la comisión rogatoria enviada hace meses, ha impedido comprobarla.