Villasevil califica su novela como "realismo metaliterario"

Un realismo no denotativo ni lineal sino caleidoscópico y "metaliterario" orienta su segunda novela Donde yo no te viera (Editorial Debate) el escritor toledano José Antonio Sánchez Villasevil (Los Navalmorales, 1953), según coincidieron en calificarla ayer, en su presentación madrileña, el propio autor y el narrador Rafael Chirbes.

Algunas preocupaciones clave de nuestro tiempo, como que en realidad son los efectos los que generan sus propias causas; el sometimiento colectivo a un pathos caracterizado por una nostalgia del futuro, o el deseo de un triunfo automático, "sin querer pagar el peaje que conlleva", jalonan las páginas de Donde yo no te viera.

"Sin riesgo no hay conocímiento, y en ese sentido me he planteado este texto, sin débitos ni contemplaciones; de un modo voluntarista y consciente, como una relación necesaria con la literatura a las afueras de toda improvisación, arbitrariedad y capricho", explicó Sánchez Villasevil, declarándose partidario de la intensidad literaria, al margen del circuito autocomplaciente de "los falsos lectores". Una voz de vértigo, avizora y abisal -inspirada en la figura de un anestesista que con ser el depositario de tantas vidas ajenas, padece de vértigo en el quirófano- es la verdadera protagonista de la novela, en que sin mermar la precisión ni el recinto del realismo, el lenguaje surte como generador de contenidos. "La verdadera literatura ha de contener la belleza en la autosuficiencia de página", dijo Villasevil.

Rafael Chirbes celebró que la novela escape por igual "a las pinzas del esteticismo y del costumbrismo que han polarizado a buena parte de la narrativa reciente" y destacó la "desazón" que la preside. "Donde yo no te viera representa la herencia de una mutilación generacional, que procede de las cenizas de generaciones anteriores. No hay ningún signo en la novela que no se vuelva movimiento", explicó.