James Doolittle, pionero de la aviación estadounidense
El general James Doolittle, de 96 años, uno de los pioneros de la aviación norteamericana, aclamado como héroe durante la Segunda Guerra Mundial, falleció, el lunes pasado, mientras dormía, en el domicilio de su hijo en Pebble Beach, California. Pocos días antes había sufrido un ataque de apoplejía, informó su familia.Nacido en Alameda, California, el 14 de diciembre de 1896, se graduó y doctoró en Aeronáutica por el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Incorporado al Ejército, se convirtió en piloto militar en marzo de 1918. Terminada la Primera Guerra Mundial trabajó como piloto de pruebas con la Shell Oil Company y en 1922 estableció su primer récord atravesando Estados Unidos de este a oeste en menos de 24 horas. En 1925 batió un nuevo récord de velocidad a bordo de un hidroavión, y en 1931, otro, atravesando, esta vez de oeste a este, Estados Unidos en menos de 12 horas.
Sin embargo, su fama se debe sobre todo al ataque aéreo sobre Japón, que dirigió, tras incorporarse de nuevo al Ejército americano, el 18 de abril de 1942, con un grupo reclutado y preparado por él durante cuatro meses. Aunque estratégicamente la operación no tuvo mucha importancia, permitió levantar la moral americana al demostrar que Japón era vulnerable. Un mes más tarde, el presidente Franklin D. Roosevelt le impuso la Medalla del Honor, la más alta distinción del Ejército norteamericano. En 1944, la misión de los Doolittle Raiders, como se conoció al grupo, fue llevada a la pantalla en Hollywood, en el filme Treinta segundos sobre Tokio, en el que Spencer Tracy representaba el papel del general.
Durante el resto de la guerra dirigió numerosas misiones aéreas sobre el norte de África, Italia y Alemania. En 1946 regresó a la Shell Oil Company, donde permaneció hasta 1967. Durante los años setenta y ochenta trabajó en el Consejo de Administración de varias empresas hasta que, tras el fallecimiento de su esposa en 1988, se retiró a casa de su hijo, donde, según éste, pasaba gran parte de su tiempo contestando cartas de gente que quería fotografías y autógrafos suyos. En 1989, el presidente Bush organizó una ceremonia especial en la que le impuso la Medalla de la Libertad.-
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