GENTE

Gérard Depardieu, es decir, Colón, resulta que prácticamente sólo come nabos. Así adelgaza, claro, que es el objetivo de esta espartana dieta. Cuando el resto de los actores -cuatro, o cinco, o seis, o siete centenares de intérpretes, según el día- de Columbus se van al camión restaurante instalado en el lugar de rodaje a devorar el menú del día, el actor francés, en cuanto el director Ridley Scott da la orden de descanso para al morzar, sin aparente esfuerzo y vestido de descubridor de las Américas, tira de planta de la fa milia de las crucíferas y muerde placenteramente. Así lo hacía los días de rodaje en Extremadura y Sevilla, y lo sigue practicando en Salamanca. Alguna vez, no obstante, rompe esta poco variada dieta y se permite el lujo de llevarse él mismo un plato del restaurante a su caravana personal; lo zampa en segundos y después aprovecha el tiempo sobrante para sestear durante algunos cuartos de hora. Este domicilio ambulante suyo es como una suite de cuatro estrellas, ya que cuenta con cama muy amplia en una habitación, sala de estar, cafetera para él e invitados, sillas y mesas, y todos los utensilios y apoyos domésticos que corres ponden a un primera fila del mundo de la magia del cine. Un austero y saludable régimen de vida que no quita para que él disfrute lo que le ofrecen por ser vos quien sois, pero no se nota.