Las fuerzas etíopes se reúnen para acordar la transición hacia la democracia

ENVIADA ESPECIAL En medio de impresionantes medidas de seguridad se inició ayer en Addis Abeba la conferencia para una transición pacífica y democrática en Etiopía convocada por el Gobierno provisional del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), que preside Meles Zenawi. Una treintena de grupos y partidos de distinto signo -incluidos los monárquicos que desean la vuelta del hijo de Haile Selasi- asisten a esta histórica reunión de la que tienen que emanar las bases para la formación de un Gobierno provisional, la redacción de la Constitución, y una fecha para la convocatoria de elecciones. Acuden, asimismo, como observadores, representantes del Departamento de Estado norteamericano y de la Organización para la Unidad Africana.

Eritrea

Sólo tres formaciones faltan a la cita por no haber sido invitadas: el Partido de los Trabajadores de Etiopía, encabezado por el derrocado presidente Mengistu; el Partido Revolucionario del Pueblo Etíope, marxista-leninista, y un pequeño grupo socialista llamado Meisoni. El Frente para la Liberación de Eritrea está representado por su líder, Isaías Afewerki. Parece que los eritreos han accedido a venir a condición de que la delicada cuestión de la independencia de Eritrea no se ponga sobre la mesa, a pesar de que, junto con la creación de un sistema democrático, es el tema más importante a discutir.

La nota predominante en las horas previas al inicio de la conferencia ha sido el sigilo con que se han llevado a cabo los preparativos y el excepcional despliegue de controles fuertemente armados por toda la ciudad, y en especial en torno al palacio gubernamental y al África Hall, en donde se desarrolla la cumbre. El hotel Hilton ha sido tomado por las fuerzas del FDRPE, cuyos miembros, por cierto, han estrenado uniforme caqui, que sustituye los andrajosos atuendos que trajeron de las montañas. En el Hilton se encuentran las delegaciones de los partidos que participan en la conferencia.

A pesar del hermetismo sobre la agenda de trabajo, el principal interés del Gobierno parece residir en lograr acuerdos sobre la formación de un Gobierno de transición en el que estén representadas las fuerzas reales del país. Las primeras sesiones -muchas de ellas a puerta cerrada- están sirviendo para que los diversos partidos profundicen en sus relaciones y averigüen hasta qué punto pueden confiar los unos en los otros, y todos en el Gobierno.