Julio Aparicio

MARGOT MOLINA Julio Aparicio tomará el 15 de abril la alternativa de manos de su ídolo Curro Romero en la sevillana plaza de la Maestranza. Serio, comedido en sus palabras y con una madurez poco común para sus 21 años, Aparicio tiene ya porte de torero. "Tengo el miedo normal que conlleva ponerse delante del toro y del público. No sabría decir a quién temo más, porque el público me impone un gran respeto", opina juicioso.

Hijo de un torero que le ha dejado un buen nombre en su mundillo y de la bailaora de flamenco Malena Loreto, ha pasado la mayor parte de su vida de una finca a otra. "Vivo entre Madrid y Sevilla, pero la mayor parte del tiempo la dedico al campo, sobre todo a la finca que mi padre tiene en Cáceres, La Herrera, y a las de mis amigos de Jerez".

Novillero desde hace tres años, Julio Aparicio tiene la experiencia de haber participado en más de 100 festejos. De él se dice que es el futuro "torero de la jet" y, según Curro Romero, ha heredado su estilo y 9legará a ser el torero de Sevilla".

Sevillano de pura cepa y orgulloso de descender de gitanos, cree que el hecho de que le bautizasen en la basílica de la Macarena ha influido en su vida. "Aunque no acudo a misa todos los domingos, soy una persona religiosa y voy a la iglesia cuando quiero hablar con Dios", precisa.

A los 16 años, cuando estudiaba 3º de BUP y pensaba en estudiar Derecho, decidió dejarlo todo por el toreo. "A mi padre no le hizo mucha gracia, pero luego se fue haciendo a la idea y ahora me ayuda bastante". La historia de siempre se repite: al miedo de los primeros meses le sigue el orgullo de ver a su hijo vestido de luces.

El novillero dedica su tiempo libre a hacer "las mismas cosas" que la gente de su edad. "No tengo novia porque no me ha llegado el momento. De todas formas, es mejor así porque ahora no puede estar pendiente uno de novias".