Nuevas tensiones

Formalmente el consejo no puede, en virtud de los protocolos de fusión firmados por los presidentes de las dos entidades, oponerse a los nombramientos solicitados por los consejeros del antiguo Vizcaya, ya que se reconoce la potestad absoluta de cada una de las partes para, en el período transitorio de cuatro años que culi-nina en octubre de 1992, cubrir las vacantes que se produzcan sin tener que dar cuenta a la otra. Pero, en todo caso, el consejo debe ratificar esos nombramientos, lo mismo que debe hacerlo la junta general de accionistas de la entidad.

Sin embargo, igual que en la primera ocasion en que se planteó esta vía, ayer también se produjeron tensiones. Algunos de los consejeros del BBV eran partidarios de replantear el mecanismo de copresidencia por considerar que éste Ilprovocaba muchas tensiones internas y que se había puesto en marcha como consecuencia de situaciones muy especiales y posiblemente poco repetibles".

En medíos cercanos a esta opinión se señalaba que el proceso de fusión llevado a cabo hace ahora un año, la valía y experiencia de los dos presidentes de las entidades que decidían unirse y consideraciones de esta índole explican la copresidencia por un tiempo determinado de cuatro años a partir de que la fusión fuera un hecho. Pero, añadían, la muerte de Pedro Toledo puede hacer poco operativos estos acuerdos. La presidencia del BBV, por su parte, recordaba que el consejo del banco, órgano representativo y que debe nombrar a sus miembros, no se había reunido.

"El protocolo de fusión de los bancos Bílbao y Vizcaya que dio lugar a la creación del BBV se cumplirá escrupulosamente", señalaron ayer fuentes del antiguo Vizcaya, tras las numerosas reuniones que a lo largo del día se sucedieron para tratar de poner orden tras el fallecimiento de Pedro Toledo. "Hacerlo de otra forma, añadieron, sería quebrar los principios de la fusión".