Las bajas cosechas españolas eliminan las existencias de aceite de oliva en la CE

La Comunidad Europea ha eliminado drásticamente en los últimos meses las existencias de aceite de oliva que se centraban especialmente en España. Pero, aunque se ha producido una reducción del consumo, la Comunidad se podría encontrar con los almacenes casi vacíos si este año se repitiera en España una mala cosecha, como sucedió en 19U.

La situación excedentaria de¡ aceite de oliva ha sido uno de los caballos de batalla de la CE en los últimos años, tanto antes del ingreso de España como a partir de 1986. Esta posición de Bruselas chocaba con los argumentos de la Administración española según los cuales la producción estaba ajustada a la demanda interior de la CE teniendo en cuenta que, a cosechas elevadas siguen otras que se caracterizan por los bajos resultados.En la campaña anterior, la producción española se situó entre 350.000 y 375.000 toneladas, con un consumo interior superior a las 400.000 toneladas. Consecuencia de esta situación, la CE se vió obligada a vender hasta este momento 120.000 toneladas de aceite a las que se suman otras 24.000 toneladas previstas para este mes. Tras estas operaciones, los excedentes en el organismo de intervención se limitan a 100.000 toneladas,

La cosecha de este año, aunque previsiblemente ha mejorado con la últimas lluvias, se situaría en unas 450.000 toneladas, cantidad que haría indispensable seguir acudiendo a los stocks de intervención. Consecuencia de la baja cosecha de 1988, los últimos meses han sido escenario de las mayores subidas registradas en el mercado del aceite de oliva. Frente a un precio de intervención para el aceite lampante de 230 pesetas, las cotizaciones en origen han llegado a superar las 265 pesetas, cifra superior a la de intervención para esta campaña.

Con una cosecha cercana a las 500.000 toneladas, se espera que los precios del aceite de oliva hayan tocado ya techo y que se produzca una reducción progresiva hasta 1991 cuando se aplique la ayuda al consumo.

En los primeros ocho meses del año, el aumento de precios ha superado el 15%. En el mismo periodo, el consumo cayó el 10%.

Según medios del sector, en los últimos tres meses se ha recuperado ligeramente la demanda lo que pondría de manifiesto que el aceite de oliva mantiene: un mercado alto y estable al margen de los precios.