Huésped de su majestad
J. V. La estancia de Hassan II durante todo este invierno en Marraquech ha convertido a la ciudad de la mezquita Kutubia, las palmeras, las nevadas cumbres del Atlas y la plaza Xmaa El Fna, en la capital de Marruecos. En un país donde el monarca reina y gobierna, la residencia del soberano en un sitio determinado obliga a todo el Gobierno marroquí y a los enviados extranjeros a estar allí. Hassan II pasa el invierno en Marraquech por razones de salud. Su clima seco conviene mejor que la humedad de Rabat a sus problemas de vías respiratorias.
La dimensión internacional de Hassan II hace el resto para que Marraquech sea estos meses la capital política del Norte de África. Fernández Ordóñez se va hoy de la ciudad, cuando una delegación de alto nivel del Frente Polisario y los otros cuatro jefes de Estado del Magreb preparan las maletas para desplazarse allí. A punto de cumplir 60 años, Hassan II mueve todos esos hilos desde su palacio de Marraquech, una especie de Alhambra en uso activo. El rey es un seductor nato, como lo han probado los comentarios elogiosos de su persona emitidos por los dirigentes del Polisario que le vieron por primera vez a comienzos de enero. Que el monarca y amir el muminin (príncipe de los creyentes) reciba es una aventura que puede durar días, semanas y meses. Cuando lo hace, Hassan II da la imagen de un hombre sereno, culto, excelente conversador en francés e irónico.
El rey fuma mucho y se cruza de piernas, pero sus invitados no deben hacerlo en su presenta. Sus súbditos le besan la mano, pero los invitados extranjeros tienen derecho a un firme apretón de manos, acompañado de una sonrisa y una directa mirada a los ojos con la que Hassan II evalúa la estatura de su interlocutor.
Hassan Il recibe en torno a tina mesa repleta de flores y hombones. La conversación es grabada y filmada en algunas ocasiones. En las horas previas y posteriores a la entrevista, que nunca tiene una hora fija, el visirante extranjero suele ser acompañado por alguno de sus horas libres de confianza. Cochazos copiosas comidas, espectáculos folclóricos y una plenamente cortesía convierten en placenteros esos instantes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El cambio radical de Sophie Alisch, de boxeadora invencible a ciclista profesional: “Voy a demostrar que no me he equivocado”
Francia llora la muerte de Brigitte Bardot, la ‘Marianne’ animalista
Las 10 mejores películas de Brigitte Bardot: de ‘Y Dios creó a la mujer’ a ‘La verdad’ y ‘¡Viva María!’
Parecen inocentadas: las 10 noticias reales más surrealistas de la última década
Lo más visto
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- El alpinista Simone Moro sobrevive a un infarto a 5.000 metros y anuncia la creación de un servicio de rescate aéreo en el Karakoram de Pakistán
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo




























































