Objetivo, evitar filtraciones

La obsesión por la seguridad y por mantener el secreto de las comunicaciones constituye una de las grandes obsesiones en los preparativos para asumir la presidencia de la CE; el Gobierno español es consciente del interés que este acontecimiento despierta en potencias ajenas a los doce, y está dispuesto a dar escasas facilidades para filtraciones e indiscreciones.Por ello, en la planta quinta del palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha comenzado la instalación de uno de los más sofisticados sistemas de cifrado del mundo, bajo condiciones de estricta seguridad.

El responsable de la instalación y seguimiento de este sistema, Fernando Arias, un joven diplomático que sustituyó al polémico José María Rodríguez Cordón, admite que ya se han gastado 275 millones de pesetas en sistemas de comunicación -lo que incluye la instalación de secráfonos en la mayor parte de las embajadas españolas en el extranjero, para garantizar el secreto en las llamadas telefónicas- y otros 175 millones en informática. En este capítulo se incluye también un nuevo archivo electrónico.

Los responsables del palacio de Santa Cruz calculan que el volumen de mensajes diarios con las otras capitales de la CE aumentará en más de un 40% una vez que España ocupe la presidencia de la Comunidad.

El aumento de los mensajes y coreus (nombre técnico de los llamados correos europeos, para las comunicaciones referentes a cooperación política) no será tan sólo cuantitativo, dijeron medios diplomáticos españoles: el ejercicio de la presidencia comunitaria implica también que temas altamente sensibles pasarán por la quinta planta del palacio de Santa Cruz. De ahí que el mayor aumento en las comunicaciones vaya a centrarse en complicados mensajes cifrados. Esta misma semana, el Ministerio de Exteriores sacará a concurso restringido -"no se puede abrir estas cosas a todo el mundo", explica un funcionario de este departamentoun sistema automático de correo electrónico.

Agentes del CESID

Tres agentes del CESID, dos funcionarios del Ministerio del Interior y otro del Ministerio de Defensa vigilan la marcha de las obras en Exteriores, habiéndose restringido severamente las posibilidades de acceso a la quinta planta, de donde están siendo desalojados otros servicios, que irán a parar a unas oficinas en la Gran Vía.

La obsesión por la seguridad también incluye el evitar cualquier posible atentado contra las personalidades que visitarán España durante el período de la presidencia. Ésta es la justificación que se esgrime para explicar la adquisición de 14 automóviles Audi blindados, destinados al transporte de los primeros ministros de la CE, y la dotación de un personal de escolta especial. También habrá banidos electrónicos periódicos en las instalaciones que vayan a ser utilizadas para las reuniones más importantes, tanto en Madrid como en otras ciudades españolas.