Los socialistas portugueses tratan de recuperar imagen en su congreso

Dos años después de la elección de su fundador, Mario Soares, a la presidencia de la República y de la llegada de Vitor Constancio a la dirección del partido, el PS portugués trata de recuperar imagen, espacio político propio y capacidad de maniobra, dando como concluida una dolorosa etapa de transición.El congreso extraordinario -en realidad tan sólo anticipado en unos meses sobre la fecha normal- de este fin de semana se abre en condiciones que desmienten el ambiente de tensiones internas que justificaron su realización, de tal modo que el principal desafío que se plantea a Constancio es el de conseguir atraer las atenciones acerca de las decisiones que serán tomadas por el segundo mayor partido político portugués y principal fuerza de la oposición al Gobierno de Cavaco Silva.

Hace seis meses, la rebelión interna de un grupo de dirigentes llamados soaristas y las críticas de algunos históricos habían conseguido crear la impresión de que el PS estaba profundamente dividido y Constancio en riesgo de perder el liderazgo. Las elecciones de los delegados al congreso, que dieron a la línea oficialista el respaldo del 93% de los congresistas, se encargaron de disipar esta ilusión, y también de retirar todo dramatismo al debate de este fin de semana.