Un recambio lento

La primera impresión es que ha sido un recambio lento. La imagen del parto de los montes acude inevitablemente. La larga espera, el secreto eficazmente mantenido, las cábalas, los nervios cuando saltó la noticia de que Felipe González no había acudido a la Zarzuela, como se creía, y que llegaba a la sede del partido... Y al final, la lista. La pregunta es si se trata de una continuidad decidida desde el principio o de una continuidad de última hora.Ya se daba por supuesto que las estrellas reconocidas del Gabinete no abandonarían sus puestos, puesto que no iban a cambiar tampoco la política. Que seguiría Guerra en la vicepresidencia., Fernández Ordóñez en Exteriores, Narcís Serra en Defensa, Solchaga en Economía y Hacienda, Solana en la proximidad del presidente. Todo esto se ha confirmado.

Había curiosidad por saber si Barrionuevo seguiría al frente de Interior. La ofensiva de ETA ( ... ) ha hecho todo lo que ha podido por forzar una retirada, ya que no una negociación. La respuesta de autoridad tiene su lógica. El señor Barrionuevo sabe que no son los éxitos pasados los que le mantienen al frente de un ministerio tan difícil, sino la confianza en que la experiencia acumulada y la voluntad probada darán sus frutos en esta segunda etapa. Los escándalos que han saltado en los últimos tiempos permiten que la opinión sospeche que es inmensa y ardua la tarea que espera a un ministro cuya valentía no tiene duda. Cercado por la corrupción de unos y la indisciplina de otros, el ministro ha aguantado con firmeza y ha trazado un programa de recomposición de las numerosas y desavenidas estructuras policiales. Pero la espectacular irrupción de ETA y la ofensiva de las últimas semanas obligan a echar toda la carne en el asador a alguien que no tiene la excusa de que es nuevo en el cargo ( ... ) La imagen de progresismo del Gabinete hubiera salido ganando con varias mujeres, y una parecía el mínimo simbólico y necesario de un paso adelante.(...

, 26 de julio