Schmidt advierte a Kohl que la 'guerra de las galaxias' pone en peligro el eje franco-alemán

El ex canciller de la República Federal de Alemania (RFA) Helmut Schmidt, socialdemócrata, ha escrito una carta a su sucesor en el cargo, el democristiano Helmut Kohl, en la que expresa su profunda preocupación por la situación de las relaciones entre Francia y lo RFA y le advierte contra una participación aislada de la RFA en el programa estadounidense de Iniciativa de Defensa Estratégica o guerra de las galaxias.

Al mismo tiempo, el Gobierno de la RFA intentó ayer, a través de su portavoz, Jurgen Sudhoff, corregir la impresión negativa recogida en periódicos franceses y de la RFA sobre el encuentro en Constanza de Kohl con el presidente francés, François Mitterrand.Según Sudhoff, el encuentro tuvo como eje las cuestiones eurocomunitarias y la cooperación tecnológica europea, y no una discusión sobre la SDI. La información más llamativa ayer sobre el tema candente de la SDI, el proyecto Eureka y demás cuestiones relacionadas con la cooperación tecnológica fue la carta de Schmidt, de la que informa en exclusiva el periódico de Bonn General Anzeiger. La oficina de Schmidt se negó a facilitar ayer el texto completo de la carta con el argumento de que el ex canciller no pretende hacer política por medio de cartas abiertas.

El portavoz Sudhoff confirmó que la carta se había recibido antes del fin de semana de Pentecostés. "Será cuidadosamente leída, estudiada y tendrá respuesta", dijo el portavoz, y añadió que algunas de las cuestiones planteadas por Schmidt han tenido ya una respuesta con la reunión de Constanza.

Las posiciones que Schmidt expone en su carta se encuentran muy próximas a las del ministro de Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, el hombre que fue decisivo en la caída del ex canciller, el 1 de octubre de 1982. En una entrevista radiofónica del pasado fin de semana, Genscher empleó la expresión "actuar hombro con hombro" junto con Francia, que también aparece en la carta de Schmidt a Kohl.

El ex canciller escribe, según la versión publicada por General Anzeiger, que "parece abrirse una amplia grieta" entre Francia y la RFA que tiene que ser cerrada urgentemente. Schmidt suma los elementos de esa divergencia: política comercial internacional, cuestiones monetarias, la agricultura, más la posición ante la SDI.

El ex canciller considera que tiene poco sentido dividir los escasos medios financieros en la cooperación tecnológica entre Francia y Estados Unidos, y justifica su rechazo de la participación en la SDI norteamericana en cuatro puntos.

En el primero, se refiere a que sólo en los años noventa se podrá determinar si la SDI sirve para proteger otros objetivos que no sean las rampas de lanzamiento de cohetes. El debate actual se basa "sobre supuestos muy inseguros" y lleva aparejado el peligro de que las discusión sea "emocional".

En el segundo, establece que los intereses europeos coinciden con un mantenimiento y desarrollo del tratado ABM de 1972 sobre sistemas de misiles antibalísticos, y que no son aconsejables nuevos tratados sobre investigación y desarrollo de nuevos sistemas ABM.

En tercer lugar, asegura Schmidt que ninguna Administración norteamericana estará dispuesta a "dejar caer voluntariamente ni una sola carta en manos europeas y alemanas", y que, por el contrario, amenazan nuevas barreras para la libertad del comercio de tecnología.

Por último, la participación aislada de la RFA en la SDI no es aconsejable, porque quedaría aislada de los otros países europeos. Schmidt también desaconseja una participación europea.