Los GAL, en Francia

(...) La situación de Hendaya sobre la orilla derecha del Bidasoa ofrece múltiples ventajas a los asesinos a sueldo. En principio, permite a los autores de esos crímenes pasar de inmediato a territorio español. (...)En fin, la composición de la población de Hendaya, constituida por funcionarios (aduaneros, policías, ferroviarios) y numerosos emigrados vascos españoles, permite situar allí numerosos informadores más o menos eficaces. Es así como funciona el GAL español (Grupo Antiterrorista de Liberación). En las dos detenciones operadas hasta la fecha, Pedro Sánchez, un antiguo legionario domiciliado en Biarritz, interpelado el 4 de diciembre de 1983 por la policía francesa, y Daniel Fernández, detenido en Irún después del asesinato de Jean-Pierre Leiba, se trata de cómplices cuya misión es recoger informaciones sobre la vida de los refugiados vascos. (...) Esas informaciones se transmiten a los comandos respectivos, tal vez al GAL mismo, en España. Así, Sánchez estaba en posesión de muchos documentos de la policía española y del número de teléfono de un responsable de la brigada antiterrorista de Bilbao. No queda más entonces que decidir cuál será la víctima, el día y la hora para enviar a los asesinos, que son auténticos profesionales; los seis muertos de los últimos cuatro meses lo demuestran. (...) Subsiste la duda de si los cuatro detenidos pertenecen o no al GAL: lo habían reivindicado al ser detenidos, pero el vicepresidente del Gobierno español, Alfonso Guerra, piensa que se trata de una fanfarronada. (...) Un corresponsal anónimo, dirigiéndose a diversos órganos de la Prensa española, había negado la afiliación de los detenidos a esta organización misteriosa.

7 de marzo