Malta insiste en su rechazo al documento final de la CSCE

Malta mantiene su negativa a aceptar el documento final de la Conferencia de Madrid -aprobado ya por los otros 34 países- y todo indica que obligará a prolongar las reuniones de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) durante el mes de agosto. En los próximos días todas las naciones estarán representadas a un nivel diplomático discretísimo y las sesiones no tendrán lugar en la sede habitual del Palacio de Exposiciones y Congresos -cerrado por vacaciones-, sino en un hotel de la capital de España.Todos los delegados confiesan no conocer las razones de fondo por las que el máximo dirigente maltés, Dom Mintoff, hace oídos sordos a las presiones exteriores y se atribuye el papel de bestia negra de la Conferencia de Madrid.

Dom Mintoff, que últimamente enfrió sus privilegiadas relaciones con Libia en beneficio de Francia e Italia, parece dispuesto a aprovechar el foro de Madrid para ganar imagen dentro y fuera de sus fronteras. Al presentarse en las primeras páginas de los principales periódicos del mundo como el único defensor de la seguridad en el Mediterráneo (las enmiendas que Malta pretende introducir en el documento final de la CSCE son relativas á este tema), Dom Mintoff refuerza su carisma neutral de puertas para adentro y adquiere bazas para utilizar a la hora de negociar con sus vecinos una mejora de la situación económica de la diminuta isla situada entre Sicilia y la costa libia.

La situación está tan bloqueada que muchas delegaciones de la Conferencia de Madrid están dispuestas a aceptar la propuesta que oficiosamente ha presentado la Unión Soviética para que el documento final de la reunión sea asumido por declaraciones unilaterales de los 34 ministros de Asuntos Exteriores de los países que ya han dado sus visto bueno.

Esto supondría, de hecho, la exclusión de Malta de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa.

Algunos observadores ven con reticencia esta fórmula porque sentaría el precedente de tomar decisiones sin necesidad de consenso, característica esencial del espíritu de la CSCE.