La primera generación del Apocalipsis

Por un amplio margen de 238 votos contra 9, los obispos católicos norteamericanos aprobaron el pasado martes una histórica pastoral, de 150 páginas, que denuncia la guerra nuclear y llama a los fieles a que contribuyan a detener la carrera mundial de armamentos. La pastoral será dada a conocer en su integridad inmediatamente. Una vez aprobado el documento, que se titula La oportunidad de la paz: la promesa de Dios y nuestra responsabilidad, uno de los obispos manifestó: "Es un gran día para la Iglesia"."La era nuclear es una era de peligro físico y moral", dice el documento. "Somos la primera generación desde el Génesis con el poder de destruir la creación de Dios. No podemos permanecer silenciosos ante este peligro".

La respuesta a este peligro es que, "en términos sencillos, decimos que los buenos fines, como defender el propio país, proteger la libertad, etcétera, no pueden justificar medios inmorales, como el uso de armas que matan indiscriminadamente y amenazan a todas las sociedades. Creemos que nuestro mundo y nuestra nación están dirigidos en una dirección equivocada".

"El mundo debe tener el coraje moral y los medios técnicos para decir no a la carrera armamentista, que roba a los pobres y a los vulnerables, y no al peligro moral de una era nuclear que coloca al ser humano ante las indefendibles alternativas del constante terror o la rendición".

"La complejidad del problema nuclear hará que nuestros argumentos en esta pastoral sean matizados, pero nuestro no a la guerra nuclear es definitivo y decisivo".

"Creemos que es necesario levantar una barrera contra el concepto de la guerra nuclear como estrategia viable de autodefensa. Debería haber una clara resistencia pública a la retórica de guerras nucleares ganables o a las expectativas irreales de sobrevivir a intercambios nucleares y a estrategias de guerra nuclear de protección" .

"Expresamos, además, nuestra opinión de que el primer imperativo es impedir cualquier uso de armas nucleares, y nuestra esperanza de que los dirigentes hagan frente a la noción de que un conflicto nuclear puede ser limitado, contenido o ganado en el sentido tradicional".

"Es la más importante iniciativa adoptada por la conferencia episcopal", según el cardenal Joseph Bernardin, presidente de la comisión que elaboró la pastoral .