Madrugada

Antonio Román es autor de algunas de las películas más ambiciosas del cine español de la posguerra, y en especial de Los últimos de Filipinas, Escuadrilla, Fuenteovejuna y Lola Montes, todas ellas rodadas entre los años 1941 y 1948.A partir de 1950 la carrera de Román se vuelca hacia empeños más modestos, en alguno de los cuales desarrolló un buen oficio. Destacan de entre ellos Los clarines del miedo y el filme que la televisión emite esta noche, Madrugada. El primero es de 1958 y el segundo de 1957.

Madrugada no es más que una reproducción bastante al pie de la letra del drama del mismo nombre de Antonio Buero Vallejo. Es un intento de Román de trasladar a la pantalla cinematográfica un tiempo escénico muy próximo al tiempo real, a la manera, por ejemplo, de Solo ante el peligro, de Fred Zinneman.

Las pautas de la hora dada por un reloj jalonan el transcurso de un filme que tiene cierta intensidad, pero más mecánica que poética, más convencional que imaginativa.

La factura es buena, pero es difícil encontrarle al filme otros valores, ya que , por una parte, s percibe el truco de la dirección, , por otro, la interpretación de Zully Moreno, de Luis Peña, y del magnífico Antonio Prieto junto con el resto de los actores huele demasiado a teatro, y esto, en cine, es mortal de necesidad ya que indica que no hay búsqueda suficiente del lenguaje específico del cine.