El Gobierno portugués trata de frenar la salida de divisas

Centenares de pequeños comercios de la localidad fronteriza de Tuy y de Vigo sufrirán a partir de enero los efectos de posibles medidas proteccionistas a adoptar por el Gobierno portugués destinadas a paliar la gran cantidad de divisas que salen de Portugal por las fronteras con España, y que se estiman en más de 3.000 millones de escudos (4.450 millones de pesetas) cada año, sólo en el tráfico con el sur de Galicia.La fórmula elegida para evitar ese chorro de divisas será propuesta por el Gobierno de Pinto Balsemao a la Asamblea de la República y consiste en el establecimiento de un nuevo impuesto, que oscilaría entre trescientos y mil escudos a pagar en la frontera portuguesa por cada persona que pretenda visitar Galicia. En la fórmula se plantean algunas variantes, que podrían ser las de mil escudos por el paso a pie por la frontera y 2.000 por el paso en coche, 5.000 por cada autocar y 2.000 por cada portugués que salga del país en barco o avión.

Uno de los artículos en los que los portugueses emplean más dinero cuando se desplazan por unas horas a Tuy o Vigo es en el alimento tradicional y básico de la dieta popular portuguesa: el bacalao. Cada súbdito luso puede pasar la frontera de regreso a su país con cinco kilos de bacalao en salazón, artículo que encuentran sensiblemente más barato en España y que últimamente escasea incluso en Portugal.

La propuesta de establecimiento de este nuevo impuesto se incluye en la discusión que a finales de esta semana mantendrá la Asamblea de la República portuguesa sobre los Presupuestos Generales del Estado para 1982, y tiene como finalidad última incidir en la reducción de la deuda exterior portuguesa, estimada para 1982 en 240.000 millones de pesetas.

Además del bacalao, los portugueses compran en las ciudades próximas a la frontera de Tuy chocolates, azúcar, caramelos y aceite.

Con este impuesto, el Gobierno portugués pretende recaudar más de 1.500 millones de eescudos (unos 2.100 millones de pesetas) y, al mísmo tiempo, proteger el consumo de productos nacionales.