Reanudada la Conferencia sobre Derechos del Mar

El lunes comenzó en Ginebra una nueva sesión de trabajo de la Conferencia sobre los Derechos del Mar de las Naciones Unidas, con la asistencia de representantes y delegaciones especiales de 150 países.Cuatro temas constituyen la atención prioritaria de estas negociaciones: reglas de delimitación de las fronteras marítimas en relación con las zonas económicas exclusivas y las plataformas continentales, participación en la convención de organizaciones intergubernamentales regionales, de territorios independientes y de movimientos de liberación nacional, la creación de una autoridad internacional para la vigilancia y administración de la explotación de los fondos marinos y por último, la protección de las inversiones afectas a la explotación de los fondos marinos.

El grupo de los 77 o países en desarrollo anunció en la última reunión de Nueva York, que no entrará en negociaciones mientras Estados Unidos no haya terminado de examinar el proyecto de convención, especialmente la parte consagrada a los fondos marinos, sobre lo cual la Administración Reagan anunció una revisión del proyecto de convención.

El actual Gobierno de Estados Unidos se ha mostrado receloso en cuanto a la «autoridad internacional» que administrará los fondos marinos, y en la cual podrían tener mayor representación los países en desarrollo en detrimento de las ambiciones de grandes empresas norteamericanas que tienen el poderío económico y la tecnología para explotar sin restricciones las incalculables riquezas,

España, que ha tenido una activa participación en la Conferencia sobre el Derecho del Mar, que se inició en el año 1973, preside uno de los dos grupos adversos sobre delimitación de fronteras marítimas.

El grupo de 27 delegaciones, encabezado por España, es partidario de incluir en el texto de la convención una mención precisa de equidistancia; es decir, solucionar el problema de la delimitación de las fronteras marítimas sobre la base de un tratado de mitad de camino entre las dos costas, mientras que el grupo encabezado por Irlanda pone el acento sobre «principios equitativos». El proyecto de convención contiene una disposición sobre la base del criterio sustentado por España.

Según los observadores, en términos globales se impondrá la petición del nuevo Gobierno norteamericano en el sentido de esperar hasta el año 1982, como mínimo, para firmar un acuerdo definitivo.