Castilla-León, en Villalar
Es previsible que, con motivo del 458 aniversario de la derrota de la revolución de las comunidades, ocurrida en Villalar el 23 de abril de 1521, a partir de la cual perdi mos los castellano-leoneses definitivamente la capacidad de autogobernarnos, se celebre durante el presente mes de abril -el 29, con toda probabilidad- el Día de Castilla-León. Pues bien, a este respecto parece que los partidos centralistas mayoritarios (UCD y PSOE) están decididos a realizar una convocatoria conjunta, vía Consejo General de Castilla y León, que traslade los actos con memorativos del histórico pueblecito vallisoletano a escenarios más cuidados y preparados comercialmente (este año, a Covarrubias, cabeza, en tiempos, de un poderosísimo infantado, premio provincial de embellecimiento); que eso de juntarse en un villorrio y en unas vulgares eras queda como excesivamente populachero, y nues tros parlamentarios, hechos a las alfombras y mármoles de la carrera de San Jerónimo y de la plaza de la Marina, «no se encuentran» (más de uno está encargando ya una comilona para el festejo); item más:(Pasa a página 10)
Castilla-León, en Villalar
(Viene de página 9)que se forma mucha masa y al «consejo general» le ponen los pelos de punta tanto rojo, ácrata y masón por doquier, a ver si cambiando de lugar cada año y procurando que se presenten dificultades de transporte logran esquivar al personal o, in extremis, se cumple con el acto oficial de rigor, rodeado de incondicionales.
A los ciudadanos castellano-leoneses no nos cabe la menor duda de que tan brillante idea (salida de la UCD y del presidente Reol, adoptada por el PSOE) no es sino una maniobra más por parte de las organizaciones centralistas en su afán de evitar por todos los medios que Castilla-León recobre sus señas de identidad. No existe lugar alguno en el País Castellano-Leonés que signifique tanto para nuestra memoria colectiva como Villalar; además, poderosas razones sociales y políticas aconsejan mantener al pueblecito vallisoletano como escenario de «nuestro día», por ello los auténticos nacionalistas, de derechas o de izquierdas, sin preocuparnos el número, allí nos reuniremos, junto al obelisco comunero, digan lo que digan desde la Moncloa o desde García Morato.
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