Crítica situación en la universidad de Barcelona por los nombramientos de profesores

«Esta situación puede aguantarse algunas semanas, pero no más», afirmó ayer a EL PAÍS el rector de la primera Universidad de Barcelona, Antoni Mª, Badía Margarit. En efecto, no hay precedentes de una crisis universitaria tan grave como la que actualmente atraviesa la Universidad catalana, en su conjunto, y la primera de Barcelona, en particular. Los ejes inmediatos de la misma son la huelga de personal no docente (PND) y la existencia de profesores numerarios a los que, por ahora, el equipo rectoral de la primera Universidad se resiste a admitir. No obstante, y pese a no haberse formalizado las matrículas, las clases han empezado con relativa normalidad.El problema se originó con el lanzamiento hace un año, por parte de las Universidades catalanas, de un programa de autonomía universitaria -basado en gran parte en un estatuto específico de su profesorado- que va mucho más lejos que el proceso general de consecución de la autonomía política catalana.

La oposición al actual sistema de selección de profesorado no implicó el hallazgo de otras formas, hecho que, por lo demás, superaba la competencia de las universidades catalanas por ser atributo del legislador. Hubo profesores que se solidarizaron con la posición de los rectorados y desistieron de presentarse a oposiciones, mientras que otros acudían a las mismas, ganándolas. Estos últimos son los «congelados», quienes ahora también son objeto de las iras de quienes prefirieron no acudir a las oposiciones.

Ante tan grave dilema el rectorado de la primera Universidad prefirió dar largas al tema. Pero ello ya ha dejado de ser posible. Hoy mismo los «congelados» acudirán colectivamente al rectorado y otro tanto, harán sectores de profesores no numerarios que no fueron a oposiciones. Anoche el rectorado consideraba «muy posible» que se produjeran enfrentamientos entre ambos grupos.

Finalmente, la huelga de PND continúa estacionaria. Este estamento solicita mantener el mismo sueldo que tenían antes de que accediera al rectorado el actual equipo, mientras que este último se reafirma en su postura de no utilizar fondos públicos sin el debido control presupuestario.