Veinte años de tensiones

Desde septiembre de 1959, fecha en la que se consuma la ruptura entre Pekín y Moscú, que produce como primera consecuencia la retirada de los técnicos soviéticos destacados en China, Mao Tsetung denunció reiteradamente la política de coexistencia pacífica propugnada por la URSS. Estos ataques debilitaron la posición de Jruschov. A pesar de la caída de este último las relaciones entre ambos países continuaron siendo tensas. El contraste ideológico se reflejó en todos los campos (informe Suslov, en el que se criticaba a China por sus posiciones no leninistas, disminución del comercio).Por su parte, Pekín, que intensificó su campaña contra el revisionismo de los soviéticos, se opuso a la reunión preparatoria del Congreso Mundial de Partidos Comunistas proyectado para 1964. Las tensiones se agravan, incluso con encuentros armados (1969) por las fronteras del río Ussuri y Amur. La tensión disminuyó, no obstante, tras el encuentro en Pekín (1969) de Kosiguin y Chue En-lai para lograr una solución en el conflicto.

Estas negociaciones, encaminadas a establecer una clara demarcación fronteriza, se interrumpieron en 1974 a causa de un malentendido entre ambas partes. A finales de noviembre de 1976 chinos y soviéticos reanudan las conversaciones fronterizas. A partir de entonces los ataques ideológicos entre la URSS y China se han manifestado de una manera velada, utilizando incluso notas diplomáticas y la misma prensa de ambos países para su comunicación.