Recital de Giménez Attenelle

Inició Ibermúsica su séptimo ciclo de conciertos en el teatro de la Zarzuela bajo la denominación de Grandes Intérpretes. A lo largo de trece sesiones, distribuidas desde octubre a abril, diversos solistas, grupos de cámara y or questas, expondrán una progra mación bien seleccionada dentro del repertorio, con incursiones en nombres menos frecuentes, tal Pierre Boulez o los estrenos de Marco y Guinjoan.Después de la presentación con la orquesta polaca, el ciclo ha continuado con un recital de Alberto, Giménez Attenelle, el último discípulo que tuviera Frank Marshall. Siempre hemos echado de menos la ausencia de este pianista riguroso, sensible, interiorizado. Capaz de bucear, a través de virtuosismos técnicos, hasta dar con las últimas razones musicales de los estudios de Debussy o los de Rachmaninoff. Antes, dos sonatas de Beetoven: los adioses y la op. llo. Interesaron, sobre todo, las concepciones que de todas las obras tiene el pianista barcelonés, siempre ausente de concesiones exteriores, siempre vividas después de muy pensadas. El éxito de Attenelle fue grande y el programa, como corísecuencia, quedó alargado con varios bises.