Ir al contenido
_
_
_
_

Carlos Alcaraz: “La perfección no existe, pero tal vez se pueda rozar”

El número uno reflexiona sobre su evolución, su madurez creciente y el rol del deportista tras haber firmado su torneo más redondo y alzado su sexto grande

Alcaraz posa este lunes con el trofeo en el Rockefeller Center de Nueva York.
Alejandro Ciriza

Carlos Alcaraz (El Palmar, Murcia; 22 años) se mueve por las galerías de la Arthur Ashe con el trofeo bien amarrado entre esas dos manos fuertes, como si fuera un hijo. “¡Cuidado, que me lo dejo! Y no es plan...”, dice al abandonar una estancia para trasladarse inmediatamente a otra. Dos horas antes ha logrado el sexto grande de su todavía corta carrera, el segundo en Nueva York, y ha vuelto de nuevo a ocupar la cima del tenis en el mismo escenario que le encumbró por primera vez, hace tres años. Mucho y poco queda de aquel chaval que se presentaba a grito pelado a ojos del mundo: “¡Soy un toro! ¡Soy un toro!”. El murciano conserva la esencia de entonces, pero las formas han cambiado. El viaje vital ha sido extraordinario. Aquel Carlitos cada vez es más Carlos y, dice, actúa en consecuencia. La sinceridad de sus inicios sonaba en algunos oídos a fanfarronería, pero hoy día pocos dudan de que el español no posea las dotes suficientes para convertirse en el mejor tenista de todos los tiempos. De momento, le gana la partida a Jannik Sinner y ya es una estrella mundial, pero no ha perdido la frescura ni la cercanía con los de enfrente. Charla con EL PAÍS y otros tres medios. Se despide: “¿He contestado bien? ¿Demasiado largo o muy corto?”. Sobre la pista, pocas dudas.

Pregunta. ¿Diría que esta ha sido su torneo más redondo?

Respuesta. Sí, seguramente sí, porque he jugado a un nivel muy alto de principio a fin, con mucha consistencia en todos los partidos y eso es algo que estábamos buscando. Han sido dos semanas espectaculares, tenísticamente hablando. De mucho nivel. Al final, me esfuerzo cada día para esto. Hay que valorar lo difícil que es poder levantar un solo Grand Slam, así que ahora toca disfrutar el momento.

P. Ferrero hablaba de “perfección” y Wilander dice que es usted “tan bueno y tan completo”, que le da miedo el futuro. ¿Cómo hace para no creérselo en exceso?

R. Al final, intentamos ser lo mejores que podemos cada día. Eso para mí es lo primordial. Juan Carlos y yo hemos dicho eso porque he jugado un muy buen tenis desde el principio hasta el final, pero en realidad creo que la perfección no existe; tal vez se pueda rozar, pero no existe. Entonces, yo mantengo los pies en la tierra recordándome a mí mismo que siempre se puede mejorar, que va a venir otro jugador, o incluso el propio Jannik, que puede superarme y ser mejor que yo. Nosotros tenemos que ir sobre la marcha, entrenando y mejorando cada día, y a partir de ahí tengo claro que nunca voy a ser perfecto. Se trata simplemente de rozarlo. Eso es lo que me mantiene motivado.

Sí, me gusta la fiesta, pero, ¿a quién no le gusta divertirse con 22 años? ¿Quién no lo ha hecho?

P. También parece haberle motivado la crítica. Hasta hace no mucho, por ahí se le tachaba de fiestero y de poco comprometido. ¿Gasolina para usted?

R. No, no, ha sido motivación personal. Obviamente, desde que se estrenó el documental [titulado A mi manera, a finales de abril] se ha hablado mucho de ello, ha dado mucho de sí, la verdad. Se dice que me gusta mucho la fiesta… ¡Y a mí me gusta disfrutar! ¿A quién no le gusta disfrutar?

P. Organizándose bien, hay tiempo para todo, claro que sí.

R. Creo que eso es por lo que trabajamos, por lo que sufrimos, por lo que estamos tanto tiempo fuera de casa; para luego tener nuestros momentos y nuestra diversión. Cada uno lo disfruta de una manera y a mí, personalmente, sí, me gusta salir, porque tengo 22 años. ¿Quién no lo ha hecho con esa edad? ¿Quién no ha disfrutado con 22 años? A mí me gusta pasármelo bien con mi familia y mis amigos, sea de fiesta o no, con otro tipo de planes más tranquilos… Se trata de tener tiempo de calidad en casa para luego estar motivado de cara a los torneos.

Alcaraz celebra el triunfo contra Sinner.

P. Ahora, sin embargo, de repente parece haberse hecho mayor de golpe. Incluso habla de madurez. ¿No le da vértigo crecer tan rápido?

R. Estamos madurando y creciendo, aprendiendo a llevar muchas situaciones, pero mantengo la misma ilusión de antes. Estoy intentando gestionar de la mejor forma posible todo esto, porque no es fácil, pero cuando las cosas van bien fuera de pista, no es raro que luego vayan bien dentro. Una cosa va ligada a la otra. Eso es lo que más hemos mejorado. Fuera de la pista he mejorado mucho y me he dado cuenta de lo importante que es cuidar todos los detalles para estar perfecto. Creo que ese ha sido mi mayor progreso.

Intento cuidar mucho todo lo que digo y cómo lo digo, porque a veces se puede magnificar mucho

P. El otro día, por cierto, le preguntaban un par de veces por Donald Trump. ¿Es ahora más consciente de la repercusión que puede tener cualquier cosa que diga?

R. Tengo claro que lo que digo se puede magnificar mucho. Si dices algo que no está mal visto, pero no lo dices con las palabras adecuadas, te puede generar un problema. Yo simplemente intento cuidar al máximo posible lo que digo y cómo lo digo, porque muchas veces, cuando uno está caliente porque ha perdido o porque ha tenido un mal día, en ocasiones cuesta medir las palabras. Intento hacerlo así, expresarme siempre con respeto y con deportividad.

P. ¿Considera que un deportista como usted, de primera línea, debe ser ejemplar?

R. Cada uno tiene su manera de vivir y de hacer las cosas. Hay gente que disfruta haciéndolas de una manera, aunque no sea la más ejemplar, y a lo mejor le puede funcionar; también hay otros a los que les gusta hacerlo de un modo más ejemplar, y yo soy de esos. Me gusta ayudar a que los jóvenes tengan alguien en quien inspirarse.

Alcaraz, el domingo en la Arthur Ashe.

P. Desde luego, su tenis sí es muy ejemplar. Toni Nadal dice que es capaz de hacerlo todo, y todo bien. Y eso que él no regala elogios gratis. ¿Qué le parece?

R. Es mi estilo, me gusta jugar así. Desde pequeño era igual. Creo que puedo hacer muchas cosas en la pista, muchos golpes; desde tirar la dejada a pegarle con efecto. Además, cada vez estoy más contento con mi físico, porque eso te aporta mucha seguridad.

P. Sinner se ve “demasiado predecible”. ¿Lo percibe usted también así?

R. Yo no diría eso. Yo, como él, veo y estudio muchos de sus partidos. Me encanta cómo juega y lo que hace es increíble. No creo que sea predecible, sino que sencillamente nos conocemos cada vez mejor, porque ya nos hemos enfrentado unas cuantas veces [15 en total, con un 10-5 a su favor]. Sé qué condiciones tiene y trato de adaptarme para poder hacerle frente.

No siento que la bola esté en el tejado de Sinner. Hará cambios, así que yo ahora debo estar preparado

P. Él dice que ahora le toca mover pieza, que cambiará cosas. ¿Qué prevé?

R. No siento que la bola esté ahora en su tejado, porque yo también debo estar alerta para ver qué va a hacer diferente. O sea, tengo que ir un poco por delante, prepararme más e incluso seguir mejorando en muchos aspectos. Eso es lo bonito de esta rivalidad, de nuestros partidos; nos llevamos tan al límite que eso nos obliga a tener que ser un poco mejores cada día, en cada torneo. Todavía no ha salido el mejor Carlos.

P. Quizá no, pero el ranking ya le reconoce otra vez, dos años después, como el número uno. ¿Objetivo cumplido?

R. Sí, así es. Uno de los objetivos de esta temporada era intentar recuperar lo antes posible o antes de que terminara el año. Así que es un sueño. Encima, si sucede el mismo día que ganas un Grand Slam [como ocurrió la primera vez que tomó posesión, el 11 de septiembre de 2022], todavía sabe un poquito mejor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_