Jannik Sinner, una “máquina perfecta” que aspira a ser de carne y hueso
El número uno, el italiano con más victorias en los grandes y el más regular en los grandes escenarios, intenta suavizar su imagen por medio de vídeos de YouTube


Después de los tiempos complicados, del clostebol, el positivo, la sanción, los recursos y la decisión final, esos tres meses de castigo pactados finalmente con el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) ya finiquitados, circula el sentido del humor en el seno del equipo de Jannik Sinner. “Forza Luigi!”, le dedicó en Instagram su preparador, Darren Cahill después de la victoria del lunes contra Andrey Rublev en los octavos. Toda una exhibición. “Macchina perfetta”, le definía Il Giornale, en un sentir generalizado porque aquí y allá, sea cual sea la superficie, el tenis metalúrgico del italiano evoca una y otra vez la sensación de que eso es. Ni más, ni menos: “Una máquina perfecta”.
Desde que irrumpió en el circuito, la imagen de Sinner (23 años) es la de un competidor tan feroz como frío, impasible dentro y fuera de las pistas. Imperturbable. Ni siquiera las turbulencias del dopaje le alteraron. “Me describen como a un robot”, dice, de ahí el cachondeo de su técnico, comparándolo con uno de los hermanos del famoso videojuego (Super Mario & Luigi Bros) a raíz de la indumentaria que luce estos días en París, y también la maniobra estratégica que inició en enero. Entonces, el deportista y los suyos determinaron que convenía abrir las puertas de su día a día para acercarle al aficionado y suavizar ese perfil tan marcado, menos amable que el de Carlos Alcaraz.
Sinner domina el tenis actual en silencio, sin añadir más ruido que el aportado por sus eléctricos raquetazos. No hay nadie más regular que él, fijo en los cuartos de los grandes torneos desde hace dos años y sumamente eficaz; ha ganado 30 de los últimos 31 partidos que ha disputado y en dirección a la quinta escala tan solo ha cedido 30 juegos (un promedio de seis por duelo). Poco o nada se nota su periodo alejado de la competición. Sin embargo, Sinner quiere algo más. Quiere el de San Cándido que su imagen no se reduzca a la de un tipo que ni siente ni padece, que apenas exterioriza. Excesivamente neutro.
“Como jugadores, el tenis es nuestra prioridad, pero también está el aspecto personal. Y los aficionados no saben cómo soy como persona. En la pista soy muy serio, pero fuera de ella me encanta bromear y reír”, indica. “Quiero intentar que la gente entienda que no soy una máquina, que soy una persona normal como todo el mundo. Por eso creamos el canal [de YouTube] con esos vídeos divertidos sobre cómo nos preparamos de cara a los torneos. También es importante que mostremos cuánto tiempo invertimos para alcanzar y mantener ciertos niveles”, prolonga el líder de la ATP, que emprendió el proyecto a mediados de enero, coincidiendo con el Open de Australia, y lo interrumpió hasta el fin de su sanción.
Como ‘Spiderman’
En la antesala de Roland Garros también mostró su día a día en el Foro Itálico de Roma: qué lleva en el raquetero, rutinas, cómo se machaca en el gimnasio o cómo bromea con los conductores que le trasladan desde los hoteles. Cercanía, pero sin llegar a profundizar en nada más allá de lo estrictamente profesional. Muy Sinner, en realidad. “¿No nos enseñas que hacías hace un año?”, le atacó el australiano Nick Kyrgios. Hace un año se adueñaba por primera vez del número uno y, luego, una vez que trascendió su doble positivo en Indian Wells, se concentró exclusivamente en una tarea: ganar. Posee tres majors e igualará la próxima semana las 53 que enlazó Novak Djokovic cuando el serbio se estrenó en la cima.
Apenas diez partidos —los seis de Roma y los cuatro jugados hasta ahora en París— le han bastado para abundar en su fiabilidad. Quiera o no, intimida Sinner. “Estoy compitiendo a un muy buen nivel, está claro; de lo contrario no puedes conseguir estos resultados. Mentalmente, ahora me siento más libre y eso me permite estar más concentrado”, atribuye. “Pero este es solo mi segundo torneo [tras el castigo, concluido el 3 de mayo] y en este deporte las cosas pueden cambiar muy rápido. Mi próximo reto es un rival completamente distinto a los que he tenido hasta ahora, así que ya veremos”, atenúa a las puertas del cruce con el imprevisible Alexander Bublik.

Será en el tercer turno de la sesión diurna (hacia las 14.30, Movistar+), antes del Djokovic-Zverev de la noche (20.15). “He mejorado el nivel [sobre tierra batida] con respecto al año pasado [cuando llegó a las semifinales]. Estoy muy contento”, señala. “Nunca he visto a nadie tan agresivo desde la línea de fondo, y además quiere ir hacia adelante”, concede el sueco Mats Wilander, tricampeón del torneo y comentarista de Eurosport; “no sé cómo le jugaría yo. Pienso, ¿qué haría Roger Federer? Cortaría y cortaría y mantendría la bola baja, y luego le tiraría una alta, quizás. ¿Y qué haría Nadal Intentaría desgastarlo, supongo, pero está jugando increíblemente bien. Está volando”.
Asombra Sinner con su readaptación inmediata, como si no hubiera perdido una sola marcha y no hubiera habido pausa competitiva alguna. Sigue igual de fino. “Sé que le estaba matando no jugar, pero ¿cuántos torneos necesitaba? No tantos. Necesitaba un descanso y le vino bien volver en Roma. Ahora está muy bien”, aporta John McEnroe, otro de los especialistas de Eurosport. Y continúa apretando Sinner, que otra vez saldrá a la pista de azul y verde, tieso como siempre pero aceptando las bromas: “Está bien, está bien… [risas]. A veces necesitamos ver la parte graciosa de las cosas y esta ropa también es genial. De vez en cuando hay que cambiar de estilo porque, si no, todo es un poco aburrido”.
SABALENKA-SWIATEK EN LAS SEMIFINALES
Hay dudas en torno a Iga Swiatek, de la misma forma que con el paso del tiempo y su evolución, Aryna Sabalenka ha reforzado su candidatura al título de Roland Garros. El caso es que este jueves, París será testigo del choque entre ambas: Elina Svitolina (6-1 y 7-5) y Qinwen Zheng (7-6(3) y 6-3), apartadas del camino.
No atraviesa por su mejor etapa Swiatek, quien aun así ha conseguido mantenerse en pie e irrumpirá por quinta vez en las semifinales de Roland Garros, donde ha levantado cuatro trofeos y únicamente pinchó, a partir de 2020, fecha del primer trofeo, en la edición posterior. Entonces cedió en los cuartos ante la griega Maria Sakkari.
Hoy se levanta y despacha con relativa suficiencia a Svitolina, a la par que Sabalenka continúa afianzándose. Se reencontrarán, pues, en su decimotercer duelo; por ahora, 8-4 favorable a la de Varsovia. En todo caso, sobre tierra el debate refleja el desnivel (5-1) entre la especialista y una jugadora que aspira a ello.
Cada vez más asentada sobre tierra, Sabalenka intentará sacarle partido al difícil presente de Swiatek, quien no saborea un título desde hace un año. La polaca, quinta en el ranking, confía en obtener el chute anímico que necesita: “Aryna siempre es un reto. Tiene tenis para cada superficie, así que tengo que hacer mi trabajo y ser valiente”.
Este miércoles abrirán la sesión de la central los dos primeros encuentro de los cuartos: a partir de las 11.00 el Keys-Gauff y a continuación, el Andreeva-Boisson.
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