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Un sorpresón llamado Loïs Boisson y 100 triunfos parisinos para Djokovic, creciente

La francesa, 361ª del mundo e invitada por la organización, bate a la número tres, mientras Nole se cita en los cuartos con Zverev tras firmar su victoria centenaria

Boisson intenta devolver de revés durante el partido contra Pegula.
Alejandro Ciriza

Al parecer, definitivamente se ha soltado Ousmane Dembélé, ese extremo tan amado y tan repudiado en Barcelona: ángel y diablo él, trilero veloz con la pelota, antes mudo y ahora, visto lo visto, también speaker, animador, la alegría de la fiesta. Quién lo hubiera dicho, no se veía venir. Se ha desatado. El chico taciturno que llegaba tarde a los entrenamientos de Sant Joan Despí porque se quedaba dormido y que deambulaba en forma de misterio por el vestuario del Camp Nou empuña hoy el micro en el centro de la Philippe Chatrier y arenga, canturrea, lidera; “mueve las caderas, tío”, le invita Yannick Noah desde el palco, a lo que el futbolista, campeón, reacciona con estilo.

Dembélé, dígase Ousmane por aquí, ofrece a los parisinos la orejona. La carrera por el próximo Balón de Oro va cogiendo fuerza y Francia vende desde ya el producto, así que perfecta esa fotografía del futbolista con las gafas de moda, el trofeo y la camiseta con el guiño: Triomphe. Para triunfo, también, el que poco antes ha firmado una francesa de nombre Loïs Boisson ante Jessica Pegula, esta tres del mundo; al final, 3-6, 6-4 y 6-4, luego sorpresón. Como al Dembélé cantarín y bailongo, a ella tampoco la veía nadie venir. O tal vez sí. Tiene 22 años, es la 361 del mundo y hace un año, vista la evolución, la Federación Francesa (FFT) le concedió una invitación, pero finalmente no pudo jugar.

Su rodilla derecha crujió, el cruzado y el menisco exigieron de quirófano y se alejó durante ocho meses de la competición. Pero no se olvidaban de ella, tallada en piedra, cuerpo de atleta y, ahora, la Marsellesa a todo trapo en la central, convertida en la primera invitada francesa que aterriza en los cuartos de final del torneo desde 2002, cuando lo consiguió Mary Pierce. “No sé muy bien qué decir, muchas gracias a todo el público por generar un ambiente tan increíble”, se dirige a los asistentes, entusiasmados; “tenía confianza, pero no esperaba llegar hasta aquí. Sabía que ella es superfuerte, pero conforme el partido iba igualado, me entregué al máximo y gané. Es increíble”, dice.

El triunfo le garantiza acercarse al top-100, siendo virtualmente la 120ª, y le guía hacia un encuentro dentro de dos días contra la joven Mirra Andreeva (6-3 y 7-5 a Daria Kasatkina). Es, al mismo tiempo, la jugadora con el ranking más bajo en la antepenúltima ronda de un grande desde que la letona Kaia Kanepi alcanzase la cota en el US Open de 2017, cuando era la 418ª en la lista mundial. Emocionante edición para el tenis francés, que el jueves despidió a Richard Gasquet, después de 23 años de carrera, y que otro año más ha ido contemplando como iban cayendo uno a uno todos y todas sus representantes hasta que encuentra una inesperada alegría en Boisson. Pero a esta no le vale: “Confío mucho en mí misma, quiero ganar más partidos”.

De ‘Dembo’ a Messi

Ni un gramo de grasa en su chasis, fibra y más fibra, tendones a la vista. Mucha fe, también. Y, aunque la tierra batida no sea el hábitat natural de Pegula, no es nada sencillo doblegar (en 2h 40m) a una competidora que dispone de tan extenso maletín de herramientas, luego más que merecido el protagonismo que adquiere en este lunes resacoso, en el que el triunfo del PSG todavía resuena en el distrito XVI —más jaleo, más cargas y más gas pimienta en las calles la noche anterior— y en el que Francia exhibe a Dembélé (Ballon d’Or!) y ensalza a ella, Boisson, la primera tenista de su país que llega tan lejos en casa desde que lo hicieran Carolina Garcia y Kristina Mladenovic en 2017.

Hay felicidad en el recinto y el día va de fútbol: GOATS (Greatest Of All Time). Sonríe Novak Djokovic a media tarde, cuando ya ha cerrado su pase a los cuartos de final (6-2, 6-3 y 6-2) y acepta agradecido una camiseta de Argentina que lucía un espectador en la primera fila. Dos rostros en el pecho albiceleste: el serbio y Leo Messi. No es mal dúo. En términos numéricos, insuperables. Y ahí que va el enésimo hito del balcánico, autor ya de 100 victorias en París. Solo él y Rafael Nadal (112) lo han conseguido. Cierra este triunfo sin contratiempo alguno, en fase creciente y, de nuevo, sin ceder ningún parcial. Ni uno se ha dejado por el camino. Y va ganando ritmo, con lo que ello supone.

Djokovic recoge la camiseta de un aficionado en la Chatrier.

Ya en la zona dulce del torneo, Nole empieza a asomar. Su silueta crece y enfrente de él estará el próximo día Alexander Zverev, beneficiado por el abandono de Tallon Griekspoor con 6-4 y 3-0. “Nunca va a ser un tapado alguien que ha ganado 24 títulos de Grand Slam. Sabe perfectamente cómo ganar este tipo de partidos”, recuerda el alemán. “Creo que Alcaraz es el favorito y después”, cita por orden, “vamos Sinner, yo y Novak”. Sabe bien el de Hamburgo cómo se las gasta veterano campeón (38), quien declara: “El 100 suena bien, pero el 101 todavía mejor. El trabajo no ha terminado para mí. He jugado 12 sets y he ganado los 12, me siento bien. Pero mis expectativas son siempre grandes; cada día puedo jugar mejor que el anterior”.

A la campanada diurna de Boisson, por la noche la acompaña la de Alexander Bublik. Se emociona el kazako, quien contra todo pronóstico apea a Jack Draper (5-7, 6-2, 6-3 y 6-4) y admite: “En la vida hay veces en las que tan solo tienes una oportunidad de conseguir algo, y esta era la mía”, concede a pie de pista este transgresor, tan peculiar, tan distinto, de la escuela circense del tenis. Radicalmente opuesto, se desempeña como siempre Jannik Sinner al cierre del día. Sin miramientos otra vez el número uno: 6-1, 6-3 y 6-4 a Andrey Rublev. Carbura, vaya que sí. Cada vez más tono y ya, el italiano con más triunfos (72) en los majors; le siguen Fabio Fognini (71), Andrea Seppi (63), Adriano Panatta (62) y Matteo Berrettini (50).

ASÍ QUEDAN LOS CUARTOS DE FINAL

Cuadro masculino:
Carlos Alcaraz-Tommy Paul.
Lorenzo Musetti-Frances Tiafoe.
Novak Djokovic-Alexander Zverev.
Jannik Sinner-Alexander Bublik.

Cuadro femenino:
Aryna Sabalenka-Qinwen Zheng.
Iga Swiatek-Elina Svitolina.
Coco Gauff-Madison Keys
Mirra Andreeva-Loïs Boisson.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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