El vuelo de los lamentos del Atlético por los dos últimos goles del PSG

Poco antes de que diera comienzo la que terminó siendo la gran campanada del torneo, Diego Pablo Simeone y sus futbolistas se acomodaron en el avión de regreso de Seattle a Los Ángeles con el alivio de la victoria ante el Sounders (3-1). Enganchados a la red wifi de la aeronave, cuerpo técnico, jugadores y dirigentes rojiblancos se dispusieron a seguir el PSG-Botafogo en alerta, pero confiados en que el vigente campeón de Europa se impondría al de Sudamérica. Incluso cuando Igor Jesús marcó el tanto del conjunto carioca antes del despegue, la confianza en que, al menos, el PSG empataría, era mayoritaria entre los expedicionarios. Para cuando el Atlético aterrizó en Los Ángeles, el Botafogo había concretado la gran sorpresa del campeonato. El interior del avión se convirtió entonces en un barullo generalizado de cabezas echando cuentas del resultado que necesitará el Atlético ante el Botafogo este lunes para pasar a los octavos de final.

Cuando la comitiva del Atlético llegó a la certeza de que para alcanzar estos octavos será necesario ganar por una diferencia de tres goles tras confirmarlo con la organización, Simeone y su guardia pretoriana asumieron el relato de que la gesta es posible. A la vez, también hubo lamentos recordando los dos últimos goles del PSG (4-0) en el tramo final del encuentro. La pelota suelta que rebañó Mayunu (m. 87) en el área y el penalti de Le Normand (m. 97) fueron lamentados. Esos dos tantos encajados en los últimos diez minutos han virado el partido ante el Botafogo hacia la épica cuando se esperaba que un mero triunfo por la mínima fuera suficiente para lograr el billete a la siguiente fase. Nadie contaba con el triunfo del Botafogo. Tampoco con que un equipo que ha vivido mucho de su fortaleza defensiva pueda quedarse fuera de este Mundial en la primera fase por encajar una goleada con dos tantos en los minutos finales.

El relato instaurado entre Simeone y sus futbolistas se ha enfocado en que el equipo aún depende de sí mismo. “Tenemos que hacer un gran partido. No nos favoreció el resultado del Botafogo, tenemos que hacer varios goles, pero depende de nosotros. Tenemos que concretar las situaciones de gol que generemos. No será fácil. Vamos a dejarnos todo. Confíen, lo vamos a dejar todo”, declaró Julián Alvarez en los medios del club. El argentino desperdició una clara ocasión ante los Sounders y, como el resto de delanteros rojiblancos, no ha marcado en los dos encuentros que van de torneo.

Instalado de nuevo el Atlético en Los Ángeles, el grupo cumplió con los planes programados. El jueves estaba señalado como día libre para pasarlo con los familiares desplazados. Las playas de Malibú, Santa Mónica y Venice, los estudios de la Warner y las tiendas y restaurantes de Beverly Hills tuvieron como visitantes a los jugadores rojiblancos.

El tiempo de asueto finalizó a las nueve de la noche. Para esa hora se había programado una cena de conjura en los salones del Hotel Conrad. El levantamiento del toque de queda que impuso la semana pasada la alcaldesa angelina Karen Bass permitió por primera vez a Simeone y a sus futbolistas convivir sin el ruido del rotor de los helicópteros sobrevolando su cuartel general.

“Estamos tranquilos, con una mentalidad muy fuerte. Creemos porque tenemos calidad y mucho trabajo. Botafogo es muy fuerte defensivamente, pero podemos hacer los tres goles que necesitamos”, defendió Lino, el único brasileño del plantel rojiblanco. “La clave va a estar a partir del orden. Nosotros vamos a querer atacar, pero hay que estar atentos para defender sus contragolpes, como vimos contra el PSG. Tenemos que tener paciencia. Sabemos lo que tenemos que hacer”, abundó el extremo brasileño, al que no le preocupa la falta de tino de los delanteros del equipo: “Hemos creado ocasiones, nuestros delanteros no han marcado, pero espero que los goles de ellos aparezcan”. El Atlético necesita a sus especialistas.