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Batacazo y presión mundial para el Atlético tras la tunda del PSG

La mala imagen ofrecida en su estreno en el Mundial de Clubes y los cuatro goles encajados obligan a los de Simeone a ganar al Seattle Sounders y al Botafogo para no quedar eliminados de una competición que es un escaparate para la expansión de la marca

Paris Saint-Germain's Senny Mayulu (24) reacts after scoring his side's third goal during the Club World Cup group B soccer match between PSG and Atletico Madrid in Pasadena, Calif., Sunday, June 15, 2025. (AP Photo/Jae Hong)
Ladislao J. Moñino

En el descomunal Rose Bowl de Pasadena, el costumbrismo de los prolegómenos del deporte estadounidense irrumpió en la presentación del Atlético de Madrid y del PSG. Llamados uno a uno, los jugadores, eran presentados al estilo NBA en su caminar solitario hasta el centro del campo. La parafernalia del way of life deportivo norteamericano fue uno de los actos que recalcaron a Diego Pablo Simeone y a sus futbolistas que el escaparate del oneroso Mundial de Clubes de la FIFA se ha instalado en un mercado por conquistar en el que los resultados y la imagen son el primer trampolín para filtrar la marca entre las potenciales apetencias de consumo de los aficionados al soccer estadounidenses. Este lunes una delegación compuesta por Miguel Ángel Marín, Enrique Cerezo, Simeone, Llorente, Gallagher y Barrios voló a Portland con la dura derrota aún fresca para asistir a un acto promocional de Nike.

La tunda recibida y la impotencia que mostró el Atlético para sortear la agobiante presión del PSG durante gran parte del encuentro fue presenciada en directo por 80.619 espectadores, récord de asistencia en 2025 a un partido tanto del Atlético como del PSG. En el duelo más estelar de esta primera fase de grupos el Atlético fue barrido por el campeón de Europa. El entrenador y sus jugadores han salido malparados de su estreno en la pasarela del rimbombante Mundial de Clubes.

La pelota es la principal delatora del mal juego y los futbolistas del Atlético la perdieron incluso en situaciones en la que no estaban agobiados por la jauría en la que el PSG convierte la recuperación. Futbolísticamente, no hay nada que haga más daño a los ojos de los hinchas propios y a aquellos a los que uno quiere sumar a la causa que un equipo que falla pases fáciles. “En el primer tiempo no jugamos como teníamos que haber jugado, ellos hicieron un gran partido, jugaron el encuentro que les hace sentir mejor. No pudimos asociarnos y provocar más ataques de los que nos imaginamos. La vez que pudimos hacerlo no marca Griezmann y ellos hacen el 2-0. Generaron una importante diferencia en el resultado”, comenzó analizando Simeone. “En el segundo tiempo, la entrada de Koke nos dio más juego para salir de las presiones y de la intensidad del rival, que es muy buena. Nos pusimos 2-1, pero el árbitro decidió no contar con ese gol y se hizo más complicado. Con la expulsión de Lenglet se complicó más. Ellos tienen un equipo muy joven, con gente que desborda y redondearon el resultado de gran forma”, abundó Simeone. Han sido muchas veces esta temporada en la que el técnico rojiblanco ha tenido que admitir que lo suyos jugaron mal en el primer tiempo.

La derrota ante un equipo tan engranado, tan voraz y tan superior como este PSG de Luis Enrique era una posibilidad más que lógica en las cuentas del club, de Simeone, de sus futbolistas e incluso de su hinchada. Todos eran conscientes de que incluso la meritoria y trascendental victoria en París, en la liguilla inicial de la Champions (1-2), pudo terminar con un resultado parecido o mayor de no haber sido por Oblak y la contundencia en dos contras. Con lo que ningún estamento rojiblanco contaba era con la imagen ofrecida durante gran parte del encuentro. Tampoco con igualar la mayor goleada encajada en los 13 años de la era Simeone. Hasta el domingo, solo Borussia Dortmund (2018), Bayern Múnich (2020) y Benfica (2024), todos en la Champions League, se habían impuesto (4-0) al Atlético bajo la dirección del preparador argentino.

La digestión del varapalo fue dura para Simeone, que interpretó como un intento de crear polémica y de desestabilizar al grupo la pregunta de por qué jugó Griezmann, suplente en la mayor parte de los partidos del tramo final del campeonato, en vez de Sorloth. “Jugó Julián de 9, busca una opinión conflictiva, que no suma, pero me da igual. Sorloth tuvo la opción de hacer el 2-1 y no fue gol. Interpreté que podíamos hacerlo con Julián”, respondió Simeone. En su empeño por proteger al grupo de los debates futbolísticos en torno al equipo o a determinados jugadores, el Cholo creyó detectar enemigos entre la prensa ante la pregunta en cuestión.

La goleada encajada también tiene consecuencias aritméticas. Descartada, salvo debacle inesperada del PSG, la primera plaza del grupo, el Atlético tendrá que pelear la igualdad a puntos. El propio Simeone dejó caer la sobrepresión que ha generado que Oblak recibiera esos cuatro tantos.

“Desde la intención y el compromiso vi un equipo que en todo momento quiso hacerlo, pero no pudo. No es que no lo buscase, el PSG fue mejor, superior, nos quitó la pelota, no nos dejó salir de las presiones, y entiendo y veo que el equipo compitió, pese a la derrota dura. Por todo lo que puede venir, esto nos obliga a sacar buenos resultados en estos dos partidos [que quedan]”, recalcó el entrenador rojiblanco.

Ahora mismo, la vía más segura del Atlético para pasar a octavos de final es ganar los dos partidos que le restan. El primero en Seattle ante un equipo que jugará con el apoyo de su hinchada y el segundo, de vuelta en Los Ángeles, contra un Botafogo que, como el resto de equipos sudamericanos, han venido a defender el orgullo de su fútbol frente a la potencia económica de los clubes europeos.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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