Pretemporada con fuego real para Xabi Alonso en el Mundial de Clubes

El Miami hacia el que volaba anoche la expedición del Real Madrid seguía siendo un lugar apacible comparado con la base del Atlético de Madrid en Los Ángeles, aunque se había elevado unas décimas la temperatura del descontento con Trump. Contribuían varios factores: la onda expansiva de la violencia callejera en Los Ángeles y el desfile militar de este sábado por el 250º aniversario del ejército nacional justo el día en que el mandatario cumplía 79 años dieron vuelo a las 1.800 concentraciones convocadas en todo el país por No Kings (no a los reyes), un conglomerado de decenas de organizaciones de derechos civiles. Solo en Florida hubo 70. Como la que abarrotó la plaza y los aledaños del monumento de la Antorcha de la Amistad, en el centro de Miami.

“Desde febrero hemos hecho unas 20 para protestar contra Trump, pero nunca habíamos tenido tanta gente”, dice una portavoz de Miami Indivisible, una de las asociaciones organizadoras. Desde las 11.00 y hasta después de las 13.00 se reunieron varios cientos de descontentos alrededor del monumento que celebra la hermandad de los países americanos. En su mayoría personas blancas, con una edad media por encima de los 40 años y decenas de carteles individuales con mensajes al presidente: “Quita las manos de nuestra democracia”, “La resistencia no es una opción, es una necesidad”, “No hay coronas para los payasos”, y hasta peticiones de legalización de la marihuana. Todo exquisitamente pacífico. “Si aparecen agitadores, apartaos, no interactuéis”, avisaban los organizadores.

Y también los policías que se acercaron a dialogar con ellos y les aseguraron que estaban encantados de tenerlos allí haciendo uso de la libertad de expresión recogida en la constitución. “No mordáis el anzuelo. Es la táctica que utilizan [los violentos]”, les dijeron.

Así que Miami, en el único condado de EE UU con más de la mitad de su población nacida fuera del país, mantenía este sábado por la tarde el freno que la mantenía lejos de la caldera angelina, cuando el Madrid se disponía a tomar tierra algo más de 100 kilómetros al norte de la Antorcha de la Amistad, en el aeropuerto de Palm Beach.

Allí, en el hotel donde se alojarán la primera parte del torneo, frente al Atlántico, Xabi Alonso iba a ver por fin por primera vez juntos a todos sus futbolistas, a solo cuatro días de debutar en el Mundial de Clubes contra el Al Hilal saudí. Se unían al grupo Vinicius, Arda Güler y Lunin, que habían disputado partidos con sus selecciones a ese lado del Atlántico. Esta mañana a las 10.30 (16.30 en España) están citados con el resto en los campos de Palm Beach Gardens.

Serán solo tres entrenamientos en EE UU antes del estreno en una competición que ha disparado el interés del Madrid y a la que llega con un amplio catálogo de incógnitas abiertas. Y las tendrá que despejar con fuego real. Todo va a gran velocidad en este club voraz. Para empezar, está por ver el punto exacto de recuperación en que se encuentran Carvajal, Militão, Rüdiger y Alaba, que este sábado, antes del largo vuelo, completaron parte del entrenamiento con el grupo.

La defensa, con una sucesión inacabable de lesiones, fue la línea más castigada del equipo la temporada pasada. También la que acumula mayores incertidumbres sobre el nivel al que podrán regresar los caídos. Por eso, el club maniobró en cuanto terminó la Liga para reforzarla y dotar a Alonso de más herramientas para afrontar el Mundial. El martes presentaron al central Dean Huijsen, que ha entrenado cuatro días con el equipo; y el jueves al lateral derecho Trent Alexander-Arnold, que ha tenido dos sesiones con el resto. No logró, sin embargo, cerrar la contratación del lateral izquierdo Álvaro Carreras, que disputará el torneo con el Benfica, con el que está vinculado hasta 2029 con un contrato que tiene una cláusula liberatoria de 50 millones.

El Madrid sufrió el año pasado un bajón en su solidez defensiva, que no es únicamente achacable a los futbolistas de esa línea, pero que tiene que ver con la multitud de ausencias de jugadores importantes. La temporada anterior solo recibía 0,68 goles por partido en la Liga, mientras que en la última de Ancelotti recién cerrada les metieron uno por encuentro, según Hudl Statsbomb. El deterioro también se vio en la Champions, donde pasaron de encajar 1,15 por partido la temporada de la 15ª a 1,57 la pasada, cuando cayeron en cuartos contra el Arsenal.

También quedan cuestiones por ajustar en ataque, donde la llegada de Mbappé le sirvió a él para atrapar la Bota de Oro, pero no evitó que el equipo marcara menos: pasó de 2,29 por partido a 2,05 en la Liga y de 2,15 a 2,07 en la Champions. Alonso necesita acoplar mejor al francés con Vinicius (también en su aporte al equilibrio defensivo) y despejar la incógnita de en qué punto se encuentra Rodrygo, que no participó con el equipo en el último tramo. Una pretemporada a la carrera para Xabi mientras se juega el primer Mundial de Clubes de la historia con este formato.