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Una caída de Álex Márquez entrega en bandeja la victoria a Marc, todavía más cerca del título en el GP de Catalunya

Después de firmar la ‘pole’ y dominar en casa, el pequeño de la familia desaprovecha una oportunidad de oro en el día que Ducati captura el campeonato de constructores

Marc Márquez (Ducati Lenovo Team) celebra su victoria en la carrera al sprint del Gran Premio de Cataluña.
Guille Álvarez

Álex Márquez tenía la victoria bien atada este sábado cuando se fue inexplicablemente al suelo en la curva 10, sonoro el lamento de la afición en Montmeló a cuatro vueltas del final. Había dominado de cabo a rabo la jornada, con una ‘pole position’ de récord y un ritmo inalcanzable incluso para el caníbal de MotoGP, su hermano mayor. Si el público se llevó un chasco por la caída del piloto del Gresini, muy querido dentro y fuera del ‘paddock’, Marc Márquez tampoco quiso celebrar demasiado un triunfo que no hubiera alcanzado él solo y que le acerca todavía más a la primera bola de partido la próxima semana. Si mantiene o amplía su actual diferencia de 187 puntos en el certamen este domingo, podría levantar su noveno título en casa de Valentino Rossi.

Para mantener intacta su espectacular racha de 15 triunfos consecutivos en el Mundial, el líder destacado del certamen tuvo que sacar los codos y buscar los límites de pe a pa en un trazado que no le favorece demasiado. En la salida, tanto Fabio Quartararo (Yamaha) como Pedro Acosta (KTM) le exigieron tirar de genio y agallas. Fueron un par de vueltas con varios adelantamientos al límite, algún que otro toque y la amenaza de la caída muy presente. La velocidad punta de la Ducati -de nuevo la mejor moto de la parrilla matemáticamente, cerrado el sexto título de constructores consecutivo de la fábrica este sábado con la victoria-, le bastó al 93 para desprenderse de ambos rivales a partir de la tercera vuelta.

Ya entonces, Álex ni tenía que mirar hacia atrás, escapado a más de medio segundo y con margen de sobras para acompasar. Los hermanos habían departido antes de la prueba, transparentes entre ellos, y el mayor le había confesado su inferioridad. Después de salir como un obús, el segundo clasificado en el Mundial gestionó a la perfección la prueba hasta que vio que su gran y único rival le dejaba escapar a partir del octavo giro. Y allí, por exceso de confianza y un brío de relajación, se fue al suelo a cuatro vueltas del final y aporreó la grava en un arrebato de frustración. “Yo mismo me he dado cuenta de que cometía el error”, lamentó el piloto de Gresini. No le queda otra que pasar página rápido en un trazado donde puede allanar el subcampeonato. “Son carreras, y cuando luchas por ganar puede pasar. Tenía mucha confianza, me sentía intratable, y es un golpe de realidad. Me relajé algo, perdí la concentración, y ya estaba pensando en bajar bastante el ritmo hasta el final. Mañana lo intentaremos una vez más”.

Su hermano sí mantuvo el tipo, con más de un susto que estuvo a punto de mandarle también a la grava. “Estoy contento por la victoria y por el equipo. Hemos ganado el título de constructores, pero es una pena que Álex se haya ido al suelo”, comentó Marc, sin duda triste por el fallo de su hermano. “Yo ya había tirado la toalla, y él quizás se relajó demasiado cuando yo lo di por perdido. En todo caso, no debe hundirse porque mañana tendrá otra buena oportunidad aquí”, agregó el puntal de los italianos. Si ganara el gran premio el 73, el título no se resolvería en ningún caso en Misano, donde el líder necesita llegar con al menos 185 puntos de ventaja.

En una carrera sin más historia que el explosivo inicio y el duro revés del pequeño de los Márquez, Quartararo pudo celebrar una segunda plaza que saca de un pronunciado bache a las Yamaha. Los japoneses ni siquiera entienden el porqué de este subidón repentino tras meses muy alejados de las posiciones delanteras. El campeón francés, también segundo en parrilla partiendo a los hermanos de moda, tiene ese algo inexplicable de los más grandes.

El tercero del día fue un Fabio DiGiannantonio que firmó una muy buena remontada desde la sexta plaza con la Desmosedici del VR46. Por detrás, dos embestidas de las todopoderosas Ducati marcaron también la suerte de las Aprilia oficiales. Franco Morbidelli se llevó puesto al campeón Jorge Martín sin mayores consecuencias en la vuelta siete, y en la siguiente fue Fermín Aldeguer quien se pasó de frenada y tiró a Marco Bezzecchi, que se llevó la peor parte y fue trasladado al centro médico. Afortunadamente, el italiano solo tiene un par de contusiones.

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Sobre la firma

Guille Álvarez
Graduado en Ciencias Políticas por la UPF y máster en Periodismo Deportivo y Comunicación por la Blanquerna-URL, ha pasado por las redacciones de La Vanguardia, la revista VICE y Mundo Deportivo. Colabora con la sección de deportes de EL PAÍS desde 2022, donde ha cubierto el Mundial de MotoGP y varias ediciones del Rally Dakar.
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