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Más allá de Marc Márquez, el Mundial de los mortales es cosa de Álex Márquez y Pecco Bagnaia

Tanto el hermano como el compañero de garaje del piloto de Ducati buscan un subcampeonato que puede definir su futuro deportivo

Álex Márquez, este viernes en el circuito austriaco de Red Bull Ring.
Guille Álvarez

Lo deja claro la tabla de puntos y también la hoja de tiempos del viernes. Mientras Marc Márquez está ya en órbita, el resto de pilotos no pueden hacer otra cosa que tocar con los pies en el suelo. Con más de tres fines de semana de competición de margen sobre su más inmediato perseguidor, el líder del Mundial reanuda su temporada de reconquista en MotoGP con otra primera plaza en los entrenamientos. Aunque el Red Bull Ring es uno de los pocos circuitos que se le ha resistido en 17 años de trayectoria, todo el ‘paddock’ señala al español como favorito hasta que se demuestre lo contrario. El 93 vuelve de las vacaciones tras haber arrasado en las últimas cinco citas del calendario, con doblete de victorias el sábado y el domingo que le dejaron a 120 puntos de su hermano Álex Márquez y a 168 de su compañero de garaje Pecco Bagnaia.

El pequeño de la saga familiar, excelso en su sexta campaña con los mayores, regresa del parón con una perspectiva realista del asunto, por mucho que nada esté matemáticamente perdido. “Es prácticamente imposible ser campeón si no pasa nada raro, pero hasta que esto termine todo es posible”, comenta el piloto del equipo Gresini, cliente de Ducati. Su prototipo es algo inferior, sobre el papel, al de los dos pilotos oficiales de la fábrica de Bolonia. “Siempre dije que mi objetivo era ser segundo en el campeonato, que sería algo muy, muy bueno”, añade Álex.

El bicampeón del mundo en las categorías de promoción del Mundial (Moto3 en 2013, Moto2 en 2019) tiene ganas de luchar por el campeonato de los mortales, que sería un logro superlativo viendo la superioridad de Marc y el currículum de su principal enemigo en dicha batalla, todo un tricampeón como Bagnaia: “Para nosotros hacer segundos en el Mundial sería algo impresionante, mágico. Quizás es una lucha un poco rara, pero es un objetivo válido”. Su mejor posición en la categoría reina hasta el momento ha sido la octava plaza del curso pasado, cuando todavía ni siquiera había podido estrenar su casillero de victorias.

Su estreno en el cajón más alto del podio llegó en Jerez este abril, un escenario inmejorable. Además, descontando las carreras bajo mojado y las caídas, Álex es el único piloto que ha sido capaz de batir en pista al gran tótem del certamen (lo hizo en la ‘sprint’ de Silverstone). En Ducati, el buen curso del otro Márquez no está pasando ni mucho menos desapercibido. “Nos gusta firmar a pilotos rápidos, y sin duda él está demostrando que lo es”, desliza Gigi Dall’Igna, director deportivo de los italianos, sobre un hipotético contrato de fábrica para el pequeño de la familia.

El subcampeonato del mundo daría a Álex argumentos de sobras a la hora de presionar por su siguiente gran objetivo de futuro: una moto pata negra que cuente con las mismas evoluciones que los pilotos del equipo oficial. “Personalmente, más que el contrato con la fábrica, lo que me gustaría es tener una moto oficial y tener las mismas armas para luchar con todos”, pide en público y en privado el de Cervera. Convertirse en el mejor del resto enterraría definitivamente esa percepción tan literal como injusta de ser el “hermano de”. Davide Tardozzi, jefe de equipo de los boloñeses, se pone de su lado. “Álex simplemente está demostrando que es un piloto sobresaliente. Quizás tarda algo más en llegar, pero cuando llega, se queda, y así ha sido siempre en su trayectoria. Parece mentira que la gente se olvide de que es dos veces campeón del mundo”, apunta el expiloto.

En el otro lado del cuadrilátero, Bagnaia sigue buscando la manera de recuperar el tipo. Incapaz de acercarse al gran caníbal de MotoGP, un mazazo moral que no esperaba en invierno, el tricampeón italiano se ha pasado el verano repasando sus mejores carreras en busca de la confianza perdida en este tramo inicial de campaña.

A pesar de que tanto Marc y Álex le han superado de forma regular hasta ahora, las caídas del piloto de Gresini en Países Bajos y República Checa le han dado aire para intentar salvar la papeleta en esta recta final de campaña. Con 370 puntos en juego, está a 168 de Marc y 48 de Álex, la segunda una distancia más recortable cuando se reparten 37 tantos cada fin de semana de carreras. “Siendo realistas, en esta posición es difícil luchar con Marc. Tenemos que partir de otro punto, que es alcanzar a Álex, el piloto que está por delante de mí, y luego estar listos de cara al próximo año”, afirma el turinés. Perder contra un piloto satélite en MotoGP siempre se ha visto en el ‘paddock’ como un pecado para los miembros respaldados por los enormes engranajes de las fábricas, si bien el italiano ya pasó por ese mal trago el curso pasado cuando cedió su corona ante el madrileño Jorge Martín y la Ducati del equipo Pramac.

Bagnaia, todo un buque insignia para la marca, no es intocable a pesar de ser su piloto con más títulos y victorias. Su contrato termina en 2027 y la presión es máxima para que logre alcanzar el nivel de los Márquez, como mínimo el de Álex, antes de que llegue el baile de contratos el año que viene.

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Sobre la firma

Guille Álvarez
Graduado en Ciencias Políticas por la UPF y máster en Periodismo Deportivo y Comunicación por la Blanquerna-URL, ha pasado por las redacciones de La Vanguardia, la revista VICE y Mundo Deportivo. Colabora con la sección de deportes de EL PAÍS desde 2022, donde ha cubierto el Mundial de MotoGP y varias ediciones del Rally Dakar.
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