Luis Fernández: “Con Luis Enrique en el PSG, el grupo prima por encima de las individualidades y antes no era así”

Luis Fernández vuelve a San Mamés con la misma emoción que hace veinticinco años. El histórico técnico francés, que dejó una huella imborrable en el Athletic, analiza el duelo de este miércoles ante el PSG (21.00 horas, Movistar LC), repasa sus cuatro años en Bilbao y explica por qué el club rojiblanco sigue siendo para él un lugar imposible de olvidar.

P. San Mamés acoge el duelo entre los dos equipos de sus amores. ¿Qué significa esto?

R. Ver jugar un partido del Athletic en la Liga de Campeones es para estar muy orgulloso. Estoy muy contento y muy feliz porque es uno de esos equipos que tiene una cultura diferente, un estilo diferente, una forma de trabajar diferente y está logrando hacer las cosas de maravilla. Me encanta su filosofía. El PSG es el club que ha ganado la Liga de Campeones y vendrá con esa motivación de intentar mantener su estado de forma. Tiene jugadores importantes lesionados, pero llega con ganas. Voy a estar ahí en San Mamés. Siempre me gusta ver sus partidos, pese a que este año está con más dificultades. Vi el partido contra el Arsenal y la primera parte me encantó. Perdieron porque en la segunda, el Arsenal se encontró con dos contras que les sirvieron para finiquitar el partido, pero me gustó el Athletic. Hablar de este equipo es una maravilla para mí.

P. Si echa la vista atrás, a su paso por Bilbao, ¿qué recuerdos le vienen a la cabeza?

R. Lo primero que me sale es darle las gracias a la afición del Athletic y también a ese grupo de jugadores que tuve durante cuatro años. No me olvido de José María Arrate, el presidente, ni de Txomin Guzmán, uno de los directivos. Estarán siempre dentro de mi corazón. No los puedo sacar de ahí. Tampoco a Pierre Alonzo, mi segundo, ya fallecido, ni a José Ángel Iribar, o Manolo Delgado... Son gente que no puedo quitar de mi cabeza porque me ayudaron y me aportaron para que esa aventura saliera de la mejor manera posible.

P. Este pasado verano se le vio por la Semana Grande de Bilbao y la gente se volvía loca…

R. Es verdad. Fue un momento muy grande para mí. He sido internacional francés, he jugado en el PSG y lo he entrenado, pero yo no olvido. No se pueden olvidar esos cuatro años en el Athletic, esa forma de vivir… Si tuviera una oportunidad de nuevo de vivir esos cuatro años, volvería otra vez. Yo siempre digo que el Athletic es uno de los grandes que yo he entrenado. Tiene 125 años de historia, siempre jugando en Primera División y ahí está. Ojalá se mantengan todos los años que me quedan de vida.

P. Cuando le preguntan por el Athletic ahí en París, ¿qué es lo que destaca?

R. No es un equipo del que se habla mucho. La gente habla del Madrid, del Barcelona, del Atlético de Madrid... Pero, los que saben de fútbol, saben lo que es la historia y admiran mucho a equipos como el Athletic. Es uno de los grandes de España porque ha conseguido grandes cosas con una filosofía diferente, algo que lo dificulta mucho más.

P. ¿Qué es lo que nunca olvidará de esos cuatro años?

R. Fueron muchos momentos. Como ese segundo puesto por detrás del Real Madrid. Inolvidable esa alegría que aportamos para que la afición pudiera disfrutar de esos momentos, el año del Centenario. San Mamés, esa noche, fue algo increíble. Utilicé la Ikurriña como capote. Me lo dijeron, pero no me di cuenta. Si me hubiera dado un capote de verdad, lo hubiera hecho igual. Mi intención no era ofender, ni mucho menos. Lo hice porque me salió así. Fue la alegría del momento. Estábamos corriendo, abrazándonos y me salió así. De aquellos años no puedo nombrar un solo jugador, tendría que nombrar a todos. La mentalidad de trabajo durante la semana que tenían es digna de mención. Su respuesta siempre fue la adecuada, haciendo lo que tenían que hacer en cada momento.

P. ¿Le sorprendió la llamada del Athletic para que se hiciera cargo del banquillo?

R. Yo era muy fan de la Liga española. Conocía tanto al Athletic como a la Real Sociedad. Veía muchos de sus partidos y era un admirador de lo que estaban consiguiendo. Vinieron a verme a París. Les dije que me iba a tomar una semana de vacaciones y que luego tomaría la decisión. Se lo comenté a mi mujer y me dijo: ‘Si te gusta, si tienes ganas y si lo ves bien, pues vamos’. Yo no fui solo. Lo hice con ella y mis hijos. Estuvimos viviendo en Getxo y pasamos cuatro años maravillosos. Fue una decisión rápida y, cuando veo lo que conseguimos durante esos cuatro años, fue la mejor decisión.

P. Me imagino que no soñaba con que saliera todo tan bien, ¿no?

R. Cuando llegué al club y vi el grupo que había, lo primero que pensé fue: ‘Este grupo me puede aportar felicidad’. El primer año acabamos sextos y en el segundo, fuimos subcampeones. Cuando tú acabas segundo en una competición como la española, al año siguiente todo el mundo te está esperando. Nos ganamos el respeto de los rivales. Y lo comprobamos porque jugar contra el Athletic no era un partido fácil, era un partido complicado, sobre todo cuando jugabas en San Mamés. Eso es lo que es el Athletic.

P. ¿Cómo llega el PSG?

R. Tiene jugadores importantes lesionados. Dembélé está volviendo poco a poco. Es un equipo que me gusta mucho. Luis Enrique, con su grupo de trabajo, ha conseguido hacer las cosas de una manera diferente. No es como al principio. Ha conformado un grupo de jugadores que corren, trabajan. Me dan alegría porque son un colectivo. El grupo prima por encima de las individualidades y antes no era así. No puedes destacar a un solo futbolista. Son un todo, hasta los suplentes. Y si juegan estos, tendrán las ganas de dar la cara, de demostrar al entrenador que ellos también pueden jugar de titulares. Es lo que a mí me gustaba hacer, rotar. Para mí es lo importante, conseguir que un grupo se pueda sentir como tal. No solo con once jugadores, sino con la plantilla en su totalidad. Y esto es lo que ha conseguido Luis Enrique, que está haciendo una labor muy bonita.

P. ¿Cree que el Athletic le puede plantar cara a este PSG?

R. Le va a plantar cara porque sabe que delante tienen al campeón de Europa, un equipo de los grandes. Y porque, además, ganando, igual tiene una posibilidad de pasar. Después de lo sufrido contra el Real Madrid, se recuperaron de la mejor manera frente al Atlético. Estoy seguro de que ante el PSG lo van a intentar. Les deseo lo mejor del mundo para que puedan conseguir sacar un gran partido. Si el PSG no gana, está en posición para pasar a la siguiente ronda. Por eso, espero que veamos un buen partido con dos grandes equipos.

P. Seguidor y defensor de Kylian Mbappé, ¿qué le parece lo que está consiguiendo en el Real Madrid?

R. Mbappé está, como se dice, de ‘puta madre’. Está haciendo unas cosas… Se ha encontrado con un entrenador como Xabi Alonso, que, seguramente, le habrá hablado muy bien para hacer las cosas que está haciendo. Lo está haciendo muy bien. Se le nota que está feliz. Pide la pelota al espacio y le veo ayudar en la presión. Si Mbappé sigue a este nivel, el Real Madrid va a poder pelear por la Liga de Campeones y él, por el Balón de Oro. El Mbappé que estoy viendo en el Real Madrid me gusta mucho.

P. ¿El PSG no le echa de menos?

R. A ver, no es que le eche de menos. Él estaba con Neymar, con Messi y con un grupo que, seguramente, no se encontraba en las mejores condiciones para mostrar su talento y hoy lo está haciendo. En el Madrid, está marcando diferencias.

P. ¿Qué opinión le merece Luis Enrique? Siempre está en el punto de mira…

R. No me voy a permitir el lujo de criticar a un entrador como Luis Enrique. Cada uno tiene su forma de hacer, de preparar, de poner un equipo u otro. Luis Enrique, cuando estaba en el Barça, ya demostró que era capaz de ganar la Liga de Campeones. Y cuando un entrenador gana la Champions, los demás se tienen que callar. Y se han callado porque les ha hecho callarse. Cuando empezó es cierto que había críticas, pero ya no habla nadie. Estoy contento porque ha hecho lo que tenía que hacer, llevar al equipo lo más arriba posible.

P. ¿Está preparado para la ovación que le va a dedicar San Mamés?

R. Alguna lágrima seguro que se me va a caer.