Laporte, la roca de Luis de la Fuente que escapó de Arabia
Tras su complejo regreso al Athletic, Laporte ha vuelto al centro de la selección, donde es el que más pases da y resulta clave para De la Fuente: “Es un lujo un futbolista de estas características”


Cuando Aymeric Laporte (Agen, Francia; 31 años) consiguió regresar por fin el pasado octubre a la selección española después de casi un año de ausencia, llegó con algo que le conectaba a la Eurocopa que ganó con la Roja en el verano de 2024 en Alemania, uno de los momentos más felices de su carrera. Apareció un miércoles por la noche en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con las gafas de cristales amarillos que Álvaro Morata regaló en la parte final del torneo a todo el equipo y a varios empleados de la federación. Aunque por la hora, y siguiendo las explicaciones de Marcos Llorente, tal vez habría tenido que llevar las de cristales rojos, que también les regaló el capitán.
Aquella llegada nocturna a la residencia, donde le recibió el abrazo de Luis de la Fuente, era el final de un viaje larguísimo y enrevesado en el que su carrera pareció haber encallado en Arabia Saudí. Hasta que logró escapar de Riad al Athletic de Bilbao, y de ahí a reengancharse a una selección imparable que este martes en La Cartuja de Sevilla (20.45, La1) puede igualar contra Turquía el récord histórico de 31 partidos de competición seguidos sin perder de Italia. También, salvo derrota por al menos siete goles de diferencia, será la noche en la que quede certificada la clasificación de España para el Mundial del próximo verano en EE UU, Canadá y México.
El encuentro, que depende de cómo se mire puede parecer poco, por lo muy improbable de un 0-7, para De la Fuente es mucho: “Afrontamos este partido con una excepcional responsabilidad por muchos motivos”, explicó este lunes en La Cartuja, donde no pudieron entrenarse por las copiosas lluvias de los últimos días. Lo hicieron en el Sánchez Pizjuán. “Por prestigio. Por poner en valor lo que hemos conseguido: somos primeros del mundo y queremos seguir siéndolo, y además seguir siéndolo con autoridad”.
En ese camino, resulta esencial el rescate de Laporte, una de las voces con más autoridad del vestuario, según fuentes de la federación. Un tipo analítico y exigente, inconformista incluso en los días plácidos, siempre alerta con los riesgos de la comodidad. También una de las rocas sobre las que se asienta el sistema de Luis de la Fuente. “En alguna ocasión llegué a decir después de la Eurocopa que era el mejor jugador en su posición”, recordó este lunes el técnico. “Para nuestra idea, para nuestro estilo, nos ofrece una gran salida de balón, es capaz de filtrar pases y además tiene también una gran jerarquía en la fase defensiva. Marca mucho la línea, tiene mucha trascendencia en la comunicación con el resto de los compañeros. Ayme es uno de los centrales que desarrolla ese concepto de manera perfecta para nosotros. Técnicamente es excepcional. Es un lujo tener un futbolista de estas características”.
Desde que volvió en la anterior ventana por la baja de Huijsen, ha disputado dos partidos como titular y en ambos fue el jugador del partido con más pases completados, según Opta: 127 contra Bulgaria en octubre, por delante de los 101 de Pedri y 101 el sábado contra Georgia, por delante de los 95 de Cubarsí. Antes de su laguna de meses, en su último compromiso con España, en noviembre de 2024 contra Dinamarca en la Nations, también fue el primero con 63. Y entonces desapareció.
Se perdió por una lesión con el Al Nassr la siguiente convocatoria, para la eliminatoria de cuartos de final de la Nations contra Países Bajos, los días de la explosión de Dean Huijsen, aún en el Bournemouth. También faltó en junio a los partidos por el título, aunque sí acompañó al equipo de paisano en la final perdida en los penaltis contra Portugal.
De la Fuente siempre lo ha considerado uno de los suyos, su primer central si se encuentra en condiciones, precisamente la razón por la que no pudo contar con él en la ventana de septiembre, cuando empezó la clasificación para el Mundial. Laporte llevaba tiempo tanteando una salida de Arabia Saudí, adonde llegó en agosto de 2023 y donde pronto se sintió incómodo. Este verano el Al Nassr aceptó 10 millones del Athletic por su traspaso, pero cuando todo estaba acordado demoró la entrega de parte de la documentación y la FIFA paralizó la operación. El 3 de septiembre, Laporte se vio en el limbo. Se había trasladado ya a Bilbao, pero se encontró inmerso en un litigio que terminó resolviendo el 11 a su favor la Cámara de Disputas de la FIFA.
Cuando se incorporó al Athletic llevaba sin jugar un partido de alta competición desde abril y unos cuantos días ejercitándose por su cuenta en Bilbao a la espera de una resolución. Se probó primero 26 minutos contra el Valencia el 20 de septiembre y fue cogiendo rodaje a las órdenes de Ernesto Valverde. Aún no se había afinado del todo, pero De la Fuente echó mano de él en octubre cuando tuvo que desconvocar a Huijsen por una sobrecarga. No le dio dorsal en el primer duelo de aquella ventana, contra Georgia en Elche, pero sí lo alineó como titular tres días después en Valladolid con el número 10 contra Bulgaria. Se había reenganchado y el sábado pasado volvió a ser titular contra Georgia en Tiflis, esta vez ya con su 14 habitual. Esta noche, pese a que ya está hecho casi todo, lo normal es que Laporte vuelva a ser la roca sobre la que se levanta el sistema. “No habrá revolución”, anunció este lunes De la Fuente sobre el posible once contra Turquía.
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