Verstappen sí que no falla: el holandés mete presión a Norris y McLaren en Abu Dabi, con la ‘pole’ en la carrera que decidirá el Mundial

Quien tenga en cuenta las probabilidades pensará que Max Verstappen tiene este título perdido en la misma medida que Lando Norris lo tiene en el bolsillo. Los 12 puntos de margen que figuran en el casillero del británico le colocan en la mejor disposición para encasquetarse su primera corona de campeón, y llevarse el cetro para que lo expongan en el Technology Centre, en Woking, donde el último corresponde al curso 2008 y lleva el nombre de Lewis Hamilton. En Abu Dabi (14:00, Dazn), al líder del Mundial le basta con mantener la segunda posición en la que arrancará, o incluso puede perder una plaza sin que eso ponga en peligro su entorchado. Lo que ocurre es que los estrategas de McLaren no pasan por su mejor momento, una impresión constatada en las últimas careras, en las que la escudería de los bólidos papaya ha reanimado a un Verstappen que llega embalado al último evento, el que pondrá el cerrojo al campeonato.

El holandés va con todo a la gresca de este domingo porque no esperaba poder estar en ella. De hecho, ni su padre, que está disputando un rally, ni tampoco su madre, están citados en el Yas Marina, porque cuando cuadraron la agenda, a finales de verano, su hijo figuraba a más de cien puntos del líder, que por aquel momento era Oscar Piastri. Nadie contaba con la tremenda remontada de Mad Max, que en ocho grandes premios les ha limpiado 92 puntos a sus rivales, los grandes favoritos a todo gracias a la superioridad manifiesta del monoplaza que conducen.

Siendo los dos pilotos fenomenales, Verstappen demuestra los sábados y los domingos ser una especie de extraterrestre. En la última cronometrada dibujó un plan de lo más ambicioso y lo ejecutó a las mil maravillas para sumar la octava pole de este 2025, una cifra que le señala como el que más ha sido capaz de acumular. Piastri saldrá el tercero, la misma posición que ocupa en la clasificación y que le obliga a ir al ataque, mientras que Fernando Alonso comenzará el sexto y Carlos Sainz, el 12º. “Estoy tremendamente contento de salir el primero. Es lo único que podemos hacer”, declaró Verstappen, que se ha impuesto en cuatro ocasiones en este escenario, y que de hacerlo de nuevo igualaría las cinco victorias Hamilton. Si tenemos en cuenta que los últimos diez ganadores en Abu Dabi arrancaron desde la cabeza del pelotón, el corredor de Hasselt lo tiene todo bastante encarado para hacer su parte, a la espera de otro derrumbe de McLaren, que sigue a vueltas con las órdenes de equipo mientras su oponente se limita a ir con el pie abajo.

La iconografía del actual campeón es la de un león, un animal que le va que ni pintado. En un contexto como en el que se encuentra no tienen sentido los ambages, y eso a él le encanta. En la cronometrada más importante del año, el buque insignia de Red Bull se la jugó en la segunda eliminatoria (Q2), a la que salió con un juego usado de gomas blandas, para reservarse uno de más (dos, en total) con vistas a la criba definitiva (Q3). Ese planteamiento del todo o nada fue una declaración de intenciones, aunque no tan contundente como lo que vino después: a pesar de que la primera tentativa de vuelta rápida ya le otorgó el mejor tiempo, un segundo giro le llevó a rebajar su tiempo en casi una décima, en un gesto de poderío que viene a decir varias cosas. Aquí estoy yo es seguramente la más adecuada y la que más tembleque genera en McLaren, donde la sensación de vértigo por haber puesto en riesgo un título que parecía cosa hecha, puede derivar en tropiezos tan patosos como el del domingo pasado, en Qatar. “Max hizo un gran trabajo, de modo que solo queda felicitarle. Nosotros simplemente no fuimos lo suficientemente rápidos”, resumió Norris, el gran favorito de no ser porque delante tiene a un león y a un búfalo rojo, una combinación absolutamente letal, capaz de resurgir cuando ni los padres de la criatura se lo imaginaban.