La revolución futbolística de España, a las puertas de la triple corona
La selección, que el domingo juega la final de la Eurocopa ante Inglaterra tras levantar el Mundial en 2023 y la Nations en 2024, ha pasado de no superar una eliminatoria internacional a pujar por su tercer título en tres años

España está a un solo paso de culminar un ciclo casi perfecto que comenzó en 2023 con la conquista del Mundial y continuó con el triunfo en la Nations League al año siguiente. Si la selección derrota este próximo domingo (18.00, La1) a Inglaterra en el St. Jakob-Park de Basilea en la final de la Eurocopa, la primera de su historia, completará una triple corona inédita hasta ahora en el mundo del fútbol jugado por mujeres. La Roja ha pasado en una década de jugar su primera Copa del Mundo, la de Canadá 2015, a ser un referente en todo el planeta. El equipo, que hasta hace tres años no había ganado aún una eliminatoria en un gran torneo, ha provocado una revolución futbolística y social con su talento en el campo y su lucha fuera de él para obtener unas condiciones profesionales que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le negó durante décadas. “Ahora, para mí, es una gozada estar aquí”, resumía al inicio de la Euro Patri Guijarro, una futbolista que renunció a vestir la camiseta nacional durante casi dos años por la situación que soportaba el vestuario.
La explosión definitiva de España comenzó con un grupo de jugadoras que rompieron el primer gran techo en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda de 2023. La consecución del título al derrotar a Inglaterra en la final con un gol de Olga Carmona supuso una victoria formidable para un equipo que hacía solo unos meses había pactado una suerte de paz con el entonces presidente federativo, Luis Rubiales, y el seleccionador del momento, Jorge Vilda, tras la renuncia de 15 futbolistas a vestir la camiseta de la selección hasta que no se produjeran cambios estructurales en el femenino.
Las jugadoras negociaron y la mayoría de ellas —como Aitana Bonmatí, doble Balón de Oro— decidieron volver para la Copa del Mundo tras acordar una serie de mejoras en la preparación y recuperación física y en ámbitos como la conciliación familiar durante los viajes. Con esos mimbres y una generación de futbolistas fantástica, la Roja ganó un Mundial al tercer intento cuando en 2015 y 2019 ni siquiera había superado los octavos de final. “Cuando se ha apostado por nosotras se ha demostrado que el talento en España ha estado siempre, pero si lo explotas es nivel top mundial”, explicaba Mariona Caldentey, una de las referentes del grupo, a este diario hace unos días en Lausana, donde la selección tiene su campo base en la Eurocopa.
El triunfo se vio empañado por la agresión sexual de Rubiales a la futbolista Jenni Hermoso en plena celebración del título en Sídney. Ese beso no consentido en la boca, sin embargo, fue la gota que colmó el vaso de paciencia de un vestuario que se plantó ante la Federación. Las futbolistas no solo denunciaron y enseñaron a muchos que un gesto como ese puede ser una agresión sexual, tal y como consideró la Audiencia Nacional el pasado febrero, sino que sacudieron un organismo anquilosado por el machismo y el trato desigual hacia ellas. Cayeron Vilda, Rubiales y varios de sus hombres fuertes, se reforzó el organigrama del femenino —Markel Zubizarreta fue nombrado director deportivo y ahora ocupa el cargo la abogada especializada en derecho deportivo Reyes Bellver— y se pactó revisar el protocolo de actuación frente a la violencia sexual que no había funcionado en el caso Rubiales.
La sacudida fue tan gorda que la crisis tardó en amainar. A principios de septiembre de 2023, unos días después del Mundial, Montse Tomé, la que había sido mano derecha de Vilda, se hizo cargo del vestuario y fue poco a poco consiguiendo resultados. Con la técnica asturiana, el equipo conquistó en febrero de 2024 la Nations League con unas semifinales brillantes en las que se deshizo de Países Bajos y una final en la que tumbó a Francia con una superioridad abrumadora. En verano llegó el patinazo en los Juegos Olímpicos de París, en los que la derrota ante Alemania les privó del bronce.
La entrenadora ha conseguido durante el último año darle la vuelta a la situación. Tomó decisiones arriesgadas y polémicas, como dejar fuera a Hermoso, la máxima goleadora de la historia de la selección, sin una explicación clara, pero ha metido al equipo otra vez en la final four de la Nations tras ser mejor que Inglaterra en la fase de grupos. La central María Méndez afirmaba a EL PAÍS esta semana que ahora el grupo es casi como una familia: “Un vestuario sano y un vestuario en el que todas remen en la misma dirección es lo más importante para conseguir cosas grandes. Eso se está viendo”.
España ha llegado a la final de la Eurocopa siendo la selección que mejor fútbol ha desplegado, por mucho que sufriera en las semifinales ante la octocampeona Alemania, a la que derrotó con un gol de Aitana en el minuto 113 tras dos grandes paradas de Cata para forzar la prórroga. El estilo de juego de la Roja, que bebe del Barcelona, ha conseguido enganchar a un país que hace solo unos años ignoraba el fútbol femenino. “A nosotras nos encanta tener la posesión del balón, nos encanta dominar el juego a través del balón, y esa es nuestra esencia. Resumido así se ve muy fácil, pero pocas selecciones en el mundo son capaces de reproducir nuestro modelo”, contaba también a este diario la tercera capitana, Olga Carmona.
El éxito de la revolución futbolística y social de la selección ha llevado, por ejemplo, a que esta temporada se registrara un récord de 109.874 chicas que se federaron en España para patear el balón, cuando hace solo una década el número era de 40.524, según datos del Consejo Superior de Deportes (CSD). También a que la prórroga de la semifinal ante Alemania tuviera en La1 de TVE una media de 4.345.000 espectadores, con una cuota de pantalla del 39,7%. Hasta 2015, la tele pública solo había emitido en directo cinco partidos de la selección por alguno de sus canales. Alexia Putellas, la otra doble Balón de Oro que hay en el equipo, ironizaba hace tres días sobre los datos de audiencia: “Tenemos mucha familia. No, al final, era que esto siguiera su curso, era lo que siempre buscábamos. Es trabajo de muchísima gente. Por supuesto, de las jugadoras, pero también de lo que nos rodea para poder mejorar”.
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