Miguel Méndez: “Es injusto cargar a las jóvenes con tanta responsabilidad”

Miguel Méndez vivió el pasado abril una de las experiencias más extrañas de su carrera. El entrenador vigués de 58 años, técnico de la selección femenina de baloncesto, aceptó la oferta para dirigir a las jugadoras del Fenerbahçe de manera inmediata. Tanto que aterrizó en Estambul un martes y del aeropuerto fue al entrenamiento porque al día siguiente el conjunto turco disputaba ante el Mersin el primer partido de la final liguera. Méndez llegó, tocó lo justo y ganó aquel encuentro. Y el segundo, y el tercero: 3-0 y el título, uno más en una trayectoria que incluye etapas en España, Italia, Rusia (tres Euroligas con el Ekaterimburgo) y ahora Turquía. En septiembre de 2021 tomó las riendas de España y en su primera gran cita, el Eurobasket de 2023, se colgó una valiosísima plata. Desde este miércoles al domingo 29, la selección femenina encara el reto de igualar o superar ese metal en un nuevo campeonato europeo en un momento aún más complicado por las bajas y la obligada aceleración del relevo generacional. España comparte grupo con Gran Bretaña (su rival el jueves), Alemania (viernes) y Suecia (domingo). Las dos primeras avanzan a octavos.

Pregunta. ¿La plata de 2023 se adelantó a lo esperado?

Respuesta. Fue una plata muy valorada por todos los que estamos dentro. El equipo fue creciendo durante el campeonato, superamos lesiones y ausencias, jugamos bien al baloncesto y nos quedó la chinita de que el oro estuvo muy cerca pero cometimos errores en los últimos minutos.

P. ¿Eso aumenta ahora la exigencia?

R. Sí. Cuando empieza un campeonato, España siempre está como favorita. Ahora tenemos problemas. Estamos construyendo nuestro equipo y nuestra forma de jugar. Queremos aislarnos de lo que puedan decir porque también hay comentarios malos sobre este equipo por su juventud.

P. ¿En qué punto está el relevo generacional?

R. Estamos en un momento difícil porque hemos cambiado sobre la marcha el objetivo con el que partíamos. Queríamos introducir jugadoras jóvenes, de 18, 19, 20 años, pero queríamos acolcharlas, rodearlas de jugadoras con más experiencia que pudieran protegerlas, que no tuvieran las jóvenes la presión de hacer demasiadas cosas. Y nos ha fallado el núcleo duro por las lesiones: Cazorla, Conde, Gustafson… y llega al final Raquel Carrera. Esas jugadoras han de ser la base para los próximos años, junto con alguna veterana más. Son necesarias para que las jóvenes puedan equivocarse. Y eso no está pasando. Las jóvenes están aquí ahora con la necesidad de tomar decisiones, asumir responsabilidad, y sin colchón. Si se equivocan, lo vamos a pasar mal. Es la única incógnita que tiene el equipo.

P. ¿Cómo lo gestiona?

R. Hablando con las jóvenes. Es hasta injusto lo que les estamos pidiendo. Tienen que aparecer con mucha responsabilidad, hacer las cosas muy bien si queremos tener opciones de un buen campeonato. Son jugadoras especiales, mujeres especiales. Tienen derecho a equivocarse y las veteranas tirarán del carro, ayudarán a reducir la ansiedad antes de competir, la euforia por ganar y la decepción por perder.

P. ¿Qué supone la retirada de Silvia Domínguez?

R. Si nos ponemos a pensar en las jugadoras que se han ido no podemos avanzar. Tenemos un presente que nos exige mucho trabajo y un futuro inmediato. Quiero hablar de las que están.

P. ¿Alba Torrens ha aceptado cada vez el rol que le toca?

R. Estamos hablando de otra mujer especial. Es la mejor jugadora en nuestra historia, no tengo ninguna duda. No solo ha ganado el equipo en el que ella estaba, sino que ha ganado gracias a ella. La he visto rodeada de las mejores del mundo dando un paso al frente para ganar una Final Four. Alba tiene una forma de liderar desde su forma de comportarse cada día. No es de hablar, es de actuar, de cuidarse, de tener una palabra de ánimo para todas. En 2023 jugaba 13 minutos de media en el Valencia y en el Eurobasket dio un paso adelante y entró en el quinteto ideal. Si ganamos el oro, hubiera sido la MPV. Ahora cumple el rol que he hablado con ella y se comportará como Alba Torrens. Cuando salga a jugar, será la de siempre.

P. ¿Cómo ha de ser una líder?

R. A mí me gusta la líder que no solo marca el camino, sino que se pone la última para empujar y ayudar a las demás. Hay otros liderazgos diferentes. A mí me gusta que hablen poco y hagan mucho.

P. Raquel Carrera se ha recuperado. ¿Es esa líder?

R. Es una jugadora fantástica. Muy precoz. Lleva mucho tiempo arriba siendo muy joven. Es muy, muy querida en el vestuario, e indispensable en el juego.

P. ¿Cómo ve la Liga femenina?

R. El Valencia ha tenido las ideas muy claras, tener a un segundo equipo que nutra con muchas nacionales al primero. Es uno de los primeros clubes de la ACB en apostar definitivamente por el baloncesto femenino en igualdad e inversión económica. Zaragoza también está apostando mucho. La apuesta de la Federación por tener una Liga de 16 equipos es firme.

P. ¿Cuál es el adn de la jugadora española?

R. Nos cuesta, sorprendentemente, encontrar jugadoras con cuerpos atléticos, grandes, en un deporte donde el físico es tan importante. En el baloncesto masculino sí hay hombres grandes como en otras selecciones. Parece que somos dos razas diferentes. En las mujeres tenemos que buscar otro tipo de cosas. La exigencia precoz que tienen las jugadoras les hace ser buenas competidoras y tener un gran conocimiento del juego a pesar de tener un físico menos dotado. El estilo de juego español es desde la defensa, producir puntos en llegadas, a campo abierto… en los últimos años se están comportando así los equipos tanto en la Liga como las selecciones nacionales.

P. ¿La meta es Los Ángeles 2028?

R. Sí, la idea es construir ese equipo que pueda competir cada verano por estar lo más arriba posible, luchar por el oro en el Europeo de 2027 e ir a los Juegos. Hasta entonces las jóvenes deben adquirir esa experiencia competitiva.

P. Llegó al Fenerbahçe un martes y el miércoles jugaba el primer partido de la final de la Liga, que ganó 3-0 al Mersin…

R. Es la primera vez que preparo una final sin entrenar, con los ojos vendados. Fueron conferencias y clínics y cambiar alguna cosa en el viaje y en la mañana previa al partido. Fue el efecto champagne de cuando se producen cambios.

P. ¿Le atrae la WNBA?

R. No tengo planes tan a largo plazo. Tengo contrato con España hasta 2028 y ahí está mi mente, y en entrenar en un club, que me apetecía. He trabajado en cuatro países diferentes y me gusta sentir el baloncesto de otra forma.