“Marcelinho es cada año mejor jugador”

En febrero fue el jugador más veterano en disputar una Copa del Rey de baloncesto; la semana pasada se coronó como el hombre de más edad en recibir el premio MVP al mejor de la temporada en la ACB; y este pasado miércoles, al derrotar su equipo, La Laguna Tenerife, al Joventut (pese a que él no jugó por lesión), escribió otra página de la enciclopedia al convertirse en el baloncestita más longevo en alcanzar unas semifinales de la Liga. Los récords van cayendo con la misma cadencia con que Marcelinho Huertas bota el balón a los 42 años recién cumplidos. El base brasileño, con una temporada más de contrato, tiene ante sí el olimpo de los eternos de la ACB: Darryl Middleton jugó con 44 años, 9 meses y 22 días, líder de un quinteto que completan Albert Oliver (43-11-10), Mike Higgins (43-1-7), Joan Creus (42-4-21) y André Turner (42-2-1).

Middleton, Oliver y Creus reviven para EL PAÍS sus larguísimas carreras y ensalzan la figura del eterno Marcelinho.

Darryl Middleton: “Yo nunca hice dieta”

El hombre récord de la ACB en los registros de longevidad pisó la cancha en 398 encuentros entre 1991 y 2011 salteando etapas en Girona, Caja San Fernando, Barcelona, Joventut y Valencia. Con la camiseta naranja elevó el listón casi a los 45 años. Y de la pista al banquillo. Después de ser ayudante de Dimitrios Itoudis en el CSKA, esta temporada ha ejercido de asistente en el Girona, primero con Fotis Katsikaris y luego con Moncho Fernández. De viaje en Estados Unidos, recuerda: “Todo el mundo me preguntaba siempre mi secreto para seguir jugando tanto tiempo, pero no había ningún secreto, simplemente me encantaba hacer aquello para lo que fui puesto en esta tierra. Todos tenemos dones especiales y una vez que los encontramos, depende de nosotros hacerlos realidad. Siempre les digo a todos que lo que pasa fuera de la temporada es muy importante. Yo trabajaba entonces seis horas al día, de lunes a viernes, corriendo, haciendo pesas, tirando y jugando partidos de 5x5 porque una vez que empieza la temporada, ya no tienes casi tiempo para trabajar tus habilidades. Por lo demás, nunca hice dieta. Comía mucho pescado, ensaladas y verdura, y me mantenía alejado de los restaurantes de comida rápida. Marcelinho es el mejor base de la Liga, un gran jugador, inteligente, involucra a todos, me encanta verlo jugar. Sin él, Shermadini no sería el jugador que es. Marcelinho mejora a todos. Si yo jugara hoy con él, me haría quedar bien”.

Albert Oliver: “Ve jugadas antes que nadie”

El segundo escalón del podio lo ocupa este base al que solo separaron tres semanas de pisar una cancha de la ACB con 44 años. El cuentakilómetros se detuvo en 675 partidos entre 1997 y 2022 en el Joventut, Manresa, Valencia, Estudiantes, Gran Canaria, Betis y Obradoiro. Le contempla además el registro de ser el debutante más veterano en la selección española: 39 años, cinco meses y 20 días en las ventanas de 2017. Hoy es entrenador asistente de Jaka Lakovic en el Gran Canaria y también ha sido ayudante de Sergio Scariolo en el combinado nacional. “Jugué hasta tan tarde porque me lo pasaba muy bien, hasta que al final había partidos en que no iba convocado y lo dejé. Lo estiré mientras disfrutaba, hasta que competía. Fue una cuestión física. Me gustaba mucho entrenar, me encantaba el día a día, pero llegó un momento en que no daba el nivel y el entrenador ya no me ponía. Había otros más preparados que yo. Si hubiera jugado cada día, hubiera aguantado un año más, lo alargué muchísimo. Me cuidaba más al final de mi carrera. Siempre he dormido bien y mucho, excepto el día después del partido. El descanso es lo más importante. Y cuando llegué a Gran Canaria cambié la alimentación. Empecé a tomar más fruta y verdura. Bollería ni una vez al mes. Pan, nada. Cero alimentos procesados. Pasta, poca, e integral… eso me permitió también debutar con España a los 39. Era la primera ventana y había muchas dudas sobre la selección. Ganamos en Montenegro y aquí contra Eslovenia, la campeona europea. Creo que para los bases nos ayuda nuestro tamaño. No es lo mismo mover un cuerpo más grande y pesado que el nuestro. Sabes además leer mejor el juego, evitar lesiones. Marcelinho ha llegado a un nivel extraordinario al que yo no llegué a esa edad. Se nota que lo disfruta, y que físicamente está mejor que hace cuatro o cinco años. Lo ha demostrado toda la temporada y además jugando en Europa. Y con el tiempo se juega mejor al baloncesto. Con su inteligencia ve jugadas antes que nadie y el cuerpo le acompaña”.

Joan Creus: “Ni los más jóvenes le paran”.

Es el caso más similar a Marcelinho no solo por su permanencia en la élite, sino por ser decisivo cruzada la cuarentena. Creus dirigió al TDK Manresa a la conquista de la Liga de 1998 frente al TAU con 41 años, coronado como el MVP igual que en la Copa lograda dos temporadas antes. En su palmarés lucen 778 partidos entre la antigua Primera División (193) y la ACB (585, desde 1983). Retirado en 1999, fue director deportivo del Barcelona y desde los despachos fichó, hace 14 años… a Marcelinho. “En mi época había poca gente en activo a los 40. El que llegaba jugaba poco, apenas era protagonista. Existía la cultura de que a partir de los 35 había que entrenar menos para no desgastarse. Pero si entrenabas menos, jugabas menos y tu físico iba bajando. Mi caso fue excepcional. Seguí entrenando como el resto del equipo hasta que me retiré. Yo jugaba de media 35 minutos y lo culminé ganando una Copa con 39 años y una Liga con 41, en las dos ocasiones fui el MVP, y con un equipo de nada, muy modesto, con el tercer presupuesto más bajo de la competición. Eso tuvo muchísima repercusión, fue muy sonado. Hoy los jugadores acaban sus carreras más tarde, porque hay mejor preparación física y psicológica. Y con 35 años entrenan como el resto. El caso de Marcelinho es único. Lo fiché yo siendo director técnico del Barcelona en 2011, del Baskonia. Tenía 28 años y cuando llegó le dije: ‘Marce, piensa que un base mejora con la edad. Si te gusta el juego, cuantos más años tengas, mejor vas a jugar’. Es lo que le está pasando ahora. Cada año es mejor jugador. En el base interviene más la experiencia, la inteligencia. Puedes pensar que los equipos contrarios buscarán tácticas para intentar pararle, porque es el alma del equipo, y ni los jugadores más jóvenes pueden pararle. Le defienden jugadores de su estatura, más grandes, diferentes tipos de defensas, y nadie ha encontrado la manera de frenarle. Marcelinho puede con todos”.