

1 | 2 | 3 | 4 | P | T | |
---|---|---|---|---|---|---|
MAL | 24 | 19 | 12 | 29 | 13 | 97 |
BAR | 18 | 24 | 22 | 20 | 11 | 95 |
El Unicaja funde al Barcelona y se cita con el Real Madrid
El equipo malagueño, que fuerza la prórroga con una remontada épica gracias a Tyson Pérez, pasa a semifinales (97-95)


Sin pívot no se va a ninguna parte y con Fall y Willy Hernangómez el Barça no ha sumado uno en todo el año. El envite contra el Unicaja fue el ejemplo de la deficiencia, subrayada al final por Tyson Pérez, que pasó de mortal a deidad. Un desmadre en versión azulgrana que derivó, ya en la prórroga, en la eliminación de los playoffs y la constatación de que suma su segundo curso en blanco; también en el pase del Unicaja a las semifinales ligueras, ahora contra el Real Madrid.
Resulta que al duelo le quedaba poco menos de un suspiro, o poco más de un minuto, y el Barcelona se regodeaba en el éxito, en una actuación sublime de Punter que parecía definitiva (77-84). Solo lo parecía porque el Unicaja, alimentado por su afición y dirigido por Perry, encontró al mejor Tyson Pérez, que encadenó un triple con un robo sobre Punter, también un mate (82-84). El Barça, que lo vio hecho, se hundió como suele, falto de personalidad, confianza y baloncesto. Escogió mal la siguiente jugada (tiro forzado de Abrines) y Perry empató para que Punter, en la última acción, tampoco viera la canasta. La bofetada fue tan grande que el Barça tardó dos minutos en anotar en la prórroga. Aunque cuando lo hizo, volvió a creer, de nuevo Punter con dos 3+1, festín sin igual. El problema, claro, estaba bajo el aro.
Con Hernangómez ya no se contaba porque en el último cuarto, todavía con cinco minutos por delante, cometió una falta que protestó de mala manera, técnica y doble personal, al banquillo. La cara de Peñarroya era un poema. Por un día que lo estaba haciendo bien..., debió pensar. Y en su lugar salió Fall, el más alto (2,22 metros) y el menos hábil, incapaz de coger los rebotes en los momentos calientes, superado por Tyson Pérez, Kravish y quien le merodeara. Jauja para el Unicaja y para Perry, que no suele dar segundas oportunidades; y adiós al Barcelona.
Ya comenzó bien el Unicaja, que tiene un abanico asombroso de jugadores (y de recursos), donde todos entran en los planes de Ibon Navarro, tardes de gloria para unos y noches de jarana para otros; jornadas felices para todos porque desde la Copa de hace dos cursos que el equipo conquista casi cualquier competición en la que participa, cuatro de cuatro en esta temporada. No pasa nada si sale uno u otro de la partida, tampoco si hay alguno que se toma un día de asueto. Entre tanta abundancia siempre hay brillantes en casa, también entuertos para el rival. Así lo aclaró de inicio, cuando se repartieron los puntos Kravish, Ejim y Perry desde la media distancia, Carter de tres.
El arranque malacitano explicaba que tenían muñeca, pero que algo pasaba bajo el poste, sin puntos que celebrar. Y ahí estaba, por una vez protagonista para bien, Hernangómez —titular y no tercera opción; sombra indiscutida de Vesely y también de Fall para Peñarroya—, ya que impuso su jerarquía en defensa, acusado de “blandengue” por los pasillos del Palau. Pero la exigencia rival y la sobreexcitación dieron con dos personales rápidas y también con el debacle azulgrana, toda vez que entró Fall y el baloncesto se tornó verde. Del 11-14 al 24-18 que cerró el primer capítulo.
Comprendió Unicaja entonces que su hoja de ruta ya no demandaba tanta muñeca sino cabeza, muchos pick&roll sobre Fall para que saliera de lugar y alguien aprovechara el agujero, Kravish primero y después Balcerowski. Parecía que el Barça volvía a naufragar como en el envite anterior, apoderado de la desidia y del derrotismo, como si la competitividad no fuera una etiqueta a su altura. Hasta que Punter se rebeló a la fatalidad con un sostenido y delicioso solo de violín, un aquí estoy yo para lo que haga falta. También un me las juego todas, táctica acorde a lo que pregona Peñarroya, pues entrega los ataques a Punter y Parker y que sea lo que tenga que ser. Por lo visto, con el equipo en blanco, no hay por dónde cogerlo. Quizá porque dos no hacen equipo. Aunque si tienen la noche, versos libres con un talento desbordante, puede pasar de todo. Y eso sucedió con Punter, que descosió al Unicaja con 37 puntos, acompañado por el 2-3 en zona defensivo al que el Unicaja no supo abordar.
Pero cuando todo parecía perdido, Willy se fue expulsado, Fall no dijo ni pío y Tyson Pérez fue Jordan. Un mejunje que eliminó al Barça y aupó al Unicaja.
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