El Real Madrid no necesitará el tercer partido ante Baskonia

Olía a palomitas en el Buesa al comienzo del partido, pero al acabar el aroma era más de vacaciones de verano. Para los de casa, claro, porque el Real Madrid sigue en la brecha. Estará en las semifinales y se ahorra el trago de un tercer partido. Espera al ganador del Unicaja-Barcelona, de resultado incierto, sobre todo después de observar lo que sucedió en el segundo partido de la serie. A estas alturas de la temporada, después de tantos partidos jugador, una fecha de descanso es una maravilla.

Apareció poco el Madrid en la primera parte, pero apareció lo suficiente como para estrechar el marcador cuando le hizo falta. Después de comenzar el partido al mando, las cosas se le complicaron con la segunda falta de Hezonja y el acierto del Baskonia con los lanzamientos lejanos. Hacían estragos Forrest (tres de tres) y Samanic (tres de cinco), en total nueve aciertos en 12 intentonas, que neutralizaban el mayor poderío blanco bajo los aros.

Trabajaban duro los hombres de Chus Mateo en defensa, pero en cuanto veían una oportunidad de lanzar lo intentaban los vitorianos sin ningún complejo y con bastante acierto, así que con cuatro minutos por delante consiguió el Baskonia ponerse por delante en el marcador y empezar a mandar en el partido. Se mantuvo firme así durante muchos minutos y llegó a alcanzar su máxima ventaja, once puntos, a 6m 31s para llegar al descanso.

Aparecía Campazzo de vez en cuando y menguaba la diferencia, aunque el Real no encontraba la regularidad en su juego mientras Laso parecía mover mejor sus piezas, pero un arreón final le sirvió para irse al descanso con solo dos puntos por debajo en el marcador (56-54). Todo quedaba para la segunda parte, en la que el Madrid comenzó más suelto. Empezaron a entrar los triples (cinco de ocho), mientras al Baskonia se le secaba la fuente. Las apariciones de Samanic comenzaron a ser más esporádicas que en la primera parte. Cansados, según pasaban los minutos, los vitorianos empezaban a flojear en defensa, y aunque volvieron a ponerse por delante un par de veces, el partido se les estaba poniendo cuesta arriba a medida que el reloj seguía con su cuenta atrás inexorable y los madridistas seguían engordando su cuenta. Con 81-92 alcanzaron su máxima diferencia en el último cuarto, aunque no se rindió el Baskonia y lo intentó hasta que tuvo que rendirse a la evidencia en un partido en el que los dos equipos se olvidaron de defender el tramo final. El marcador (103-112) lo dice todo. Ni la descomunal actuación de Forrest (30 puntos y 33 de valoración), que se fue eliminado por faltas, evitó lo inevitable ante un Real Madrid en el que seis jugadores superaron la doble cifra de puntos. Fue una actuación coral en la que los dos bases, Campazzo y Feliz, se unieron a Llull (18) en el festival anotador. El argentino, con cuatro de cinco en triples fue el más eficaz de su equipo desde lejos; Feliz anotó más desde cerca.

El olor a palomitas del Buesa Arena se traslada ahora al salón de las casas de los jugadores madridistas, que podrán ver por televisión quién será su rival en las semifinales. Si es que los nutricionistas, que suelen ser muy estrictos, se lo permiten.