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Pelayo Menéndez y el meteórico ascenso del Hyrox, el deporte que arrasa en los gimnasios: “A nivel físico te pone increíble”

El asturiano, cuarto en el Mundial del pasado año, atiende a EL PAÍS para explicar los secretos de una disciplina que ya suma decenas de miles de adeptos en España

Pelayo Menéndez
Daniel Arribas

Frustrado tras un sorteo que le había dejado sin dorsal para la emblemática maratón de Chicago, ciudad a la que se había mudado años antes junto a su mujer, el asturiano Pelayo Menéndez (Oviedo, 35 años) recibió en noviembre de 2022 un correo electrónico que le cambiaría la vida para siempre. “Estábamos apuntados a un club de natación y, casualidades de la vida, justo esa semana nos invitaron a probar un programa de fuerza alternativo que, decían, duraría ocho semanas y serviría como preparación para una prueba denominada Hyrox”, cuenta a EL PAÍS quien antes de cruzar el charco había probado suerte en la élite del triatlón. “Mi mujer y yo investigamos en qué consistía aquello, nos hizo gracia y nos lanzamos a probar sin saber muy bien qué nos íbamos a encontrar”.

Así arrancó un idilio que alcanzó su punto álgido el pasado verano, cuando Menéndez, criado entre Oviedo y los profundos valles mineros de Asturias, logró distinguirse como el cuarto mejor atleta del mundo en una disciplina, el Hyrox, cuyo funcionamiento no se ha cansado de explicar desde que aquel correo llegó a su bandeja de entrada. “Se trata de un deporte híbrido que combina la carrera a pie con los ejercicios de fuerza y los ejercicios funcionales”, apunta. “Para que se entienda, tú corres un kilómetro y paras a hacer un ejercicio; corres otro kilómetro y haces otro ejercicio… Así, ocho veces”.

Todo, en pabellones, carpas o espacios al aire libre en los que se completa un circuito cuyas estaciones son de lo más variopintas. “La primera es el ergómetro, que consiste en tirar de dos poleas hacia el suelo hasta recorrer mil metros; la segunda, empujar un trineo de 200 kilos durante 50 metros; la tercera, con la ayuda de una cuerda, traer hacia ti ese mismo trineo, esta vez de 150 kilos; la cuarta, avanzar 80 metros a base de flexiones y saltos hacia adelante (burpees); la quinta, completar un kilómetro en la máquina de remo; la sexta, recorrer 200 metros con dos pesas rusas (kettleballs) de 32 kilos; la séptima, hacer 100 metros de zancadas con un saco de 30 kilos sobre los hombros; y la última, acumular 100 lanzamientos de un balón de nueve kilos a lo alto de una pared”.

Fácil arrancar a sudar solo con leerlo, ¿verdad?

“Todos esos pesos y cantidades son, eso sí, los que corresponden a la categoría profesional”, advierte Menéndez, quitando hierro a la evidente dureza de lo detallado. “Luego está lo que denominamos la categoría Open, donde los pesos son accesibles para cualquier persona con ganas de hacer deporte. Al final, más allá de una competición, Hyrox es una forma de entrenamiento que a nivel físico te pone en un punto increíble. Cualquiera que lo haga va a notar una transformación física, y sabemos que eso es algo que atrae mucho a la gente”.

Pelayo Menéndez en el Corresponden al Campeonato del Mundo de Chicago, imagen cedida

No por nada esta disciplina ideada para todas aquellas personas que se ejercitaban en el gimnasio sin un espacio en el que competir ha crecido como la espuma en todo el mundo. En España, sin ir más lejos, cerca de 25.000 personas han participado ya este año entre las pruebas de Bilbao, Málaga y Barcelona. Agotadas las plazas para Valencia (del 17 al 19 de octubre), y a la espera aún de que se confirme la cifra de inscritos en Madrid (del 27 al 30 de noviembre), se estima que más de 40.000 personas despidan el año con un Hyrox a sus espaldas.

“Es un deporte que de primeras parece reservado a los profesionales, pero pronto te das cuenta de que es más bien todo lo contrario”, indica Alberto Arias, que a sus 29 años aparcó el pádel y el crossfit para encontrar un deporte que, ideado en Alemania en 2017, le ayuda a ordenar su rutina desde el ejercicio físico. “Aquí, en el box, te puedes encontrar a gente de todo tipo, desde profesionales hasta hombres o mujeres de 75 años que compiten por parejas. La clave fundamental es el ambiente, porque tengas el nivel que tengas, te sientes como un atleta”.

Para ello, otro de los factores clave es el de la estandarización, algo que engancha por igual a profesionales y amateurs. “Al final, si tú vas a correr la maratón de Londres no es la misma que la de Madrid o la de Valencia; el recorrido y el desnivel cambia, por lo que no puedes comparar tu progresión”, declara Arias desde San Agustín de Guadalix, donde se ejercita en uno de los casi 400 gimnasios afiliados a Hyrox en España. “Aquí, en cambio, todas las competiciones son iguales. Es decir, yo sé que si voy a Hyrox Barcelona, mi marca va a ser comparable con la que haga después en otra ciudad. Y eso, a nivel personal, te motiva muchísimo. Te permite medir tu progreso y te impulsa a querer superarte”.

“Pero es que lo mejor de todo es que el crecimiento aún puede ser bestial”, asegura Menéndez desde Oviedo, donde se recupera de una lesión en el tobillo que le privó de repetir hazaña mundialista el pasado mes de junio. “Uno de los fundadores, Moritz Fürste, que fue dos veces campeón olímpico con la selección alemana de hockey sobre hierba, quiere que el Hyrox se incluya en los Juegos. Para ello, eso sí, debería cambiar de nombre, porque no deja de ser una empresa privada, pero la intención es acuñarlo como Hybrid Fitness Racing [carreras de fitness híbridas]. Al final, si bien al principio llegábamos deportistas rebotados de otras muchas disciplinas, ahora ya estamos viendo en la élite a los primeros atletas que han crecido desde muy jóvenes entrenando Hyrox. Y eso va a subir muchísimo el nivel”.

Menéndez, por lo pronto, se conforma con mirarse a sí mismo, recordar sus —no tan lejanos— días como ingeniero de caminos y continuar con una proyección que no pretende aparcar a los 35 años. “Ahora mismo estoy en una posición en la que jamás había soñado estar”, sentencia. “Quiero intentar mantenerme en la élite lo máximo posible. Mi ilusión sigue siendo mejorar cada día e idear los mejores planes de entrenamientos posibles para convertirme en la mejor versión de mí mismo. Si por el camino consigo ser el mejor del mundo en Hyrox, pues oye, bienvenido sea. Si no, que me quiten lo bailado”.

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Sobre la firma

Daniel Arribas
Es periodista en la sección de Deportes de EL PAÍS y sigue la actualidad del ciclismo, el tenis y otras muchas disciplinas. Ha cubierto competiciones como los Juegos Olímpicos, la Vuelta a España y la Copa Davis. Antes trabajó en El Mundo, Ogilvy y Relevo.
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